Unas 600 personas protestan en Ripoll contra las políticas de la alcaldesa ‘ultra’ Sílvia Orriols

Unas 600 personas, según la policía, se han manifestado este domingo al mediodía en Ripoll (Girona) contra las políticas impulsadas por la alcaldesa ultra del municipio, Sílvia Orriols. La concentración, impulsada por colectivos antifascistas, ha discurrido sin incidentes y en medio de un amplio dispositivo de seguridad de los Mossos d’Esquadra.

La chispa que ha encendido la protesta ha sido el cierre temporal de un casal popular, La Metxa, ordenado el pasado mes de mayo por el consistorio con el argumento de que suponía un riesgo para la “seguridad y la convivencia”.

Tras presentar las alegaciones oportunas, el local —vinculado a la izquierda independentista— ha logrado reabrir las puertas este septiembre. Sin embargo, los expedientes y las multas abiertos a varios de sus miembros y también a otros activistas locales de izquierdas llevaron a sus responsables a convocar una manifestación en Ripoll, epicentro del auge de la extrema derecha independentista en Cataluña.

“Nos oponemos a la retórica fácil que la extrema derecha está intentando hacer calar en Ripoll y en todos los sitios”, ha dicho Joana Ortega, portavoz de La Metxa.

“Contra el fascismo, acción directa”, “Ripoll antifascista” o “quien siembra la miseria, recoge la rabia” son las consignas que se han repetido a lo largo de la marcha, que pese a la alta tensión ha acabado sin incidentes.

A medida que la comitiva avanzaba por las calles de este pueblo de 10.000 habitantes, algunos vecinos, en especial aquellos de origen extranjero que se sienten señalados por Orriols, se han sumado a ella. Es el caso de Faissal, quien ha denunciado que lleva “dos meses y medio esperando para hacer el padrón” a sus hijos, llegados de su país por reagrupación familiar.

“Sin padrón no tienen tarjeta sanitaria ni nada. Y como yo llevo siete años aquí instalado, trabajando y con todo en regla, no tengo ayudas. Y esto pasa en Ripoll, no sé por qué hace la alcaldesa”.

Las trabas burocráticas han sido una de las medidas más polémicas impulsadas por Orriols.

Con el tiempo, grupos de izquierdas del municipio han denunciado también que son víctimas del hostigamiento municipal con la imposición de multas y sanciones. Por ejemplo, por enganchar carteles para protestar por la decisión de la alcaldesa de censurar el cartel ganador de las fiestas locales, en el que se veía a una chica luciendo un velo islámico.

Los musulmanes se sienten en el ojo del huracán en un municipio donde el islam es un asunto sensible: aquí nacieron y crecieron los jóvenes que cometieron los atentados de Barcelona y Cambrils de 2017, una herida que Orriols ha utilizado en su favor para conseguir el apoyo popular.

“La extrema derecha no tendrá sitio en este mundo. Seguiremos luchando y defendiendo nuestros derechos”.

- Alí Yassine, presidente de la comunidad islámica Annour.