Sánchez: «Los españoles somos hijos de la inmigración, no vamos a ser padres de la xenofobia»
El presidente del Gobierno reivindica la inmigración como imprescindible y anuncia un plan de integración para evitar los errores de otros países
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha reivindicado este miércoles la inmigración como una cuestión «imprescindible» para España, tanto por razones económicas como demográficas. Lo ha hecho en el Pleno del Congreso, en el que ha anunciado un plan de integración para evitar los errores cometidos por otros países.
Sánchez ha arrancado su discurso recordando que España es un país de emigrantes, y que los españoles deben «ser esa sociedad de acogida que a ellos les hubiera gustado encontrar al otro lado de los Pirineos o del Atlántico». Ha defendido que la inmigración no es solo una cuestión de humanidad, sino que es necesaria para la economía y la prosperidad del país.
El presidente ha desgranado una serie de datos para demostrar que el discurso antiinmigración que triunfa en Europa es «suicida». Ha señalado que a partir de 2025 la población europea irá reduciéndose, y que en los próximos años Europa perderá 30 millones de personas en edad de trabajar. También ha destacado que más de la mitad de las empresas españolas tienen problemas para cubrir su necesidad de mano de obra.
Frente a esta situación, Sánchez ha defendido que la inmigración es una herramienta «imprescindible» para combatir el envejecimiento de la población y la escasez de mano de obra. Ha anunciado que el Gobierno buscará un acuerdo para una nueva ley de familias que amplíe los derechos de las familias, pero ha reconocido que no es realista pensar que España vaya a recuperar la tasa de 2,1 hijos por mujer que se dejó atrás en 1980.
Sánchez también ha desmentido los bulos que circulan sobre la inmigración. Ha afirmado que los inmigrantes tienen una tasa de actividad 4 puntos superior a los nacionales, que aportan el 10% de los ingresos a la Seguridad Social y que usan los servicios públicos y las prestaciones sociales un 40% menos que los nacidos en España.
El presidente ha reconocido que la lucha contra el discurso antiinmigración no es fácil, pero ha asegurado que el Gobierno está decidido a combatirlo. Ha anunciado que el Gobierno presentará un plan nacional de integración y convivencia para prevenir los errores del pasado.
Sánchez ha concluido su discurso afirmando que «los españoles somos hijos de la inmigración, y no vamos a ser padres de la xenofobia». Ha hecho un llamamiento a construir una España «diversa y cohesionada», y ha pedido respetar los valores constitucionales y las costumbres del país.