Sumar y Podemos se distancian a un año de su separación

El partido dirigido por Ione Belarra presiona al Ejecutivo, mientras que los liderados por Díaz buscan aprovechar su posición en el gobierno. Ambas organizaciones están redefiniendo sus estructuras en los próximos meses, con el reto pendiente de la unidad.

El distanciamiento político

Las relaciones personales siguen rotas un año después de la ruptura entre Sumar y Podemos. La estrategia política de ambas fuerzas es la diferenciación, con una presión cada vez mayor de Podemos sobre el gobierno. "Lo único que tengo son mis votos, así que tengo que usarlos", reconoció Belarra en una conversación informal con periodistas durante los actos del 6 de diciembre.

Sumar trata de desmarcarse del PSOE en políticas como vivienda, bajas flexibles o derechos LGTBI. El partido fundado por Pablo Iglesias ha endurecido su posición contra el Ejecutivo y juega a ser Junts, utilizando sus cuatro diputados para condicionar los Presupuestos Generales del Estado (PGE) a la ruptura de relaciones con Israel o a la bajada de los alquileres.

Las consecuencias de la división

La división entre Sumar y Podemos ha tenido consecuencias negativas para ambas formaciones. Podemos ha sufrido bajas importantes, como la de la secretaria de Organización, Lilith Verstrynge, y ha perdido en las elecciones autonómicas y europeas. Sumar, por su parte, ha retrasado su Asamblea y aún no tiene un modelo organizativo claro ni un sustituto para la coordinación.

El líder de Izquierda Unida, Antonio Maíllo, es el único que ha abogado públicamente por una candidatura de unidad, que se dirima en primarias y "sin vetos cruzados" como fórmula para revalidar un gobierno progresista.

El futuro de la unidad

Las estrategias de Sumar y Podemos son muy distintas en la actualidad. Mientras que en Podemos hablan de utilizar sus diputados para "hacer virar al gobierno a la izquierda", en Sumar creen que la formación solo busca "tumbar" al Ejecutivo para medirse de nuevo en unas elecciones generales.

"La legislatura no depende de que haya o no Presupuestos", asegura la líder de Podemos, Ione Belarra. Si en su organización repiten que hay "parálisis" y que en la coalición "solo manda Sánchez", los de Díaz hacen gala de su peso con algunas normas laborales o el simbólico reconocimiento del Estado palestino.

Las encuestas muestran que los sondeos están estables, con los de Yolanda Díaz en un 7% de estimación de voto y Podemos en torno al 3,4%. "En una campaña electoral, esos dos puntos de diferencia con los resultados del 23-J [12,3%], se pueden recuperar", analiza una figura próxima a Sumar.

El problema es la división. Y la dificultad, recomponer los lazos. "Si prima lo personal, no nos encontraremos; si prima lo ideológico, habrá alguna suerte de Frente Amplio", afirma Juan Carlos Monedero, cofundador de Podemos. "Y que las "viejas guardias" hayamos regresado a nuestras tareas previas a la política puede ser una gran ayuda".