Un árbol en Brasil puede influir en el clima de Manitoba

Un árbol que crece en Brasil puede cambiar el tiempo en Manitoba. Esta afirmación tan contundente la realiza Ferris Jabr, periodista especializado, colaborador de medios como The New York Times Magazine o The New Yorker, en su libro El nacimiento de la Tierra. Cómo nuestro planeta cobró vida (Sine Qua Non).

Jadr asegura que si la Tierra no orbitara alrededor de una estrella del tamaño y la edad justas, si estuviese demasiado cerca o demasiado lejos de esa estrella, carecería de vida. El periodista profundiza en la interdependencia de todo cuanto vive y se desarrolla en nuestro planeta, explicando que la vida ha sido una fuerza geológica formidable a lo largo de la historia de la Tierra, a menudo a la altura o por encima del poder de los glaciares, terremotos y volcanes.

Los microorganismos: pequeños pero poderosos

Los microorganismos son participantes importantes en muchos procesos geológicos y responsables de gran parte de la diversidad mineral de la Tierra. Algunos científicos incluso piensan que jugaron un papel crucial en la formación de los continentes. La historia de la vida en la Tierra es la historia de la vida rehaciendo la Tierra.

Jadr concluye que la vida concede a nuestro planeta anatomía, fisiología, respiración, pulso y metabolismo. Sin las transformaciones realizadas por la vida a lo largo de miles de millones de años, la Tierra sería completamente irreconocible. La vida no se limita a existir en la Tierra, la vida es la Tierra. Tenemos tantos motivos para considerar nuestro planeta un ente vivo como a nosotros mismos, una verdad que ya no se corrobora solo por la visión de un hombre, sino por pruebas científicas irrefutables.

Un planeta vivo en peligro

Jadr advierte sobre la grave situación que vive nuestro planeta. Afirma que si no se controla la horrible transformación que hemos puesto en marcha, arrasará los ecosistemas a lo largo del globo y arruinará miles de millones de vidas. Las intervenciones que requiere evitar los peores resultados de esta crisis y mantener un planeta habitable se conocen y pueden alcanzarse.

El autor de El nacimiento de la Tierra concluye que nuestro planeta nos ha mostrado el poder de la comunidad, la diversidad y la reciprocidad. Entre todas las criaturas que existen, solo nosotros tenemos la oportunidad de emular conscientemente nuestro planeta vivo y perpetuar adrede su sublime composición. No somos ni el cáncer de la Tierra ni su cura. Somos su progenie, su poesía y su espejo.