Valencia despide a sus cabinas telefónicas, un símbolo de otros tiempos

La ciudad de Valencia se despide de sus cabinas telefónicas. Este miércoles, la compañía ha completado la retirada de 180 pequeños locutorios instalados en las calles de la capital, que se encontraban en desuso. La última cabina ha sido desmantelada en la avenida del Oeste, en el centro de la ciudad.

Un mobiliario urbano obsoleto

La retirada de las cabinas telefónicas ha sido una prioridad para la alcaldesa, María José Catalá, quien trasladó a Telefónica, propietaria de este mobiliario urbano, la urgencia de desmontarlas porque ensuciaban las calles, ya que se encontraban abandonadas y en mal estado. La retirada se ha realizado en tiempo récord, ya que estaban sin uso en plena calle y se habían convertido en un nido de suciedad después de que la nueva ley de Telecomunicaciones de 2022 dejara de considerar estos locutorios como un servicio esencial.

Un recuerdo de tiempos pasados

Las cabinas telefónicas han sido durante casi un siglo un elemento característico de las calles españolas. En su época dorada, llegaron a existir más de 65.000 cabinas en todo el país. Sin embargo, la rápida expansión de la telefonía móvil desde los años 90 acabó con su uso, hasta el punto de que en la actualidad hay más líneas de telefonía móvil que habitantes en España.

Otras ciudades españolas también las retiran

Valencia no es la primera ciudad española en retirar las cabinas telefónicas. Otras capitales como Barcelona ya las quitaron en 2022. La compañía propietaria las ha llevado al desguace o ha aprovechado algunos de sus componentes. En algunos casos, las cabinas han sido reconvertidas en puntos de recarga de móviles o en espacios de intercambio de libros.

El fin de una era

La retirada de las cabinas telefónicas marca el fin de una era. Estos pequeños locutorios han sido testigos de innumerables conversaciones, tanto alegres como tristes. Han sido un punto de encuentro para amigos y familiares, y un lugar donde pedir ayuda en caso de emergencia. Pero su tiempo ha pasado, y ahora las cabinas telefónicas se convierten en un recuerdo de otros tiempos.