Velintonia, la casa de las disputas herederas
Amaya Aleixandre, sobrina segunda del Premio Nobel Vicente Aleixandre, lucha por preservar el legado del poeta en Velintonia, la casa donde vivió y trabajó.
A pesar de su valor histórico y cultural, Velintonia se encuentra en un estado de deterioro y sus herederos están enfrentados sobre su destino.
La disputa por Velintonia
Por un lado, Amaya Aleixandre busca convertir Velintonia en un centro cultural dedicado a la poesía y la literatura. Por otro, los otros herederos, que poseen el 40% de la propiedad, han aceptado una oferta de la Comunidad de Madrid por 3,2 millones de euros.
Amaya Aleixandre ha impugnado la venta ante los tribunales, alegando que es «injusta» y realizada sin su consentimiento. También ha criticado la actitud del consejero de Cultura de Madrid, Mariano de Paco, por presionarla para que vendiera la casa.
El Ministerio de Cultura también interesado
El Ministerio de Cultura ha mostrado interés en adquirir Velintonia, pero Amaya Aleixandre considera que su oferta de 3,5 millones de euros es insuficiente.
Ante la falta de consenso entre los herederos, el futuro de Velintonia sigue incierto. Amaya Aleixandre teme que la casa pueda acabar siendo vendida a intereses privados o demolida.
El legado de Vicente Aleixandre
Vicente Aleixandre fue uno de los poetas más importantes de la Generación del 27 y Premio Nobel de Literatura en 1977. Velintonia fue su hogar durante muchos años y un lugar de encuentro para artistas e intelectuales.
Amaya Aleixandre considera que Velintonia es un «símbolo de la cultura española» y que debe preservarse para las generaciones futuras.
“Velintonia siempre ha sido la casa de la poesía y la amistad. Me gustaría que se convirtiera en un centro cultural de referencia para el estudio de la poesía y la literatura españolas.” - Amaya Aleixandre
Las fotografías de Velintonia
Las fotografías de Velintonia muestran el deterioro de la casa, con fachada y tejado dañados y ventanas rotas.
Amaya Aleixandre asegura que ha intentado realizar las reparaciones necesarias, pero que los otros herederos no colaboran.