En un encuentro que prometía chispas desde el principio, los New York Rangers y los New Jersey Devils protagonizaron una batalla campal el miércoles por la noche en el mítico Madison Square Garden. Apenas dos segundos después del silbatazo inicial, el hielo se convirtió en un ring de boxeo con los 10 jugadores enfrascándose en distintos combates. El clímax de la noche lo vivieron Matt Rempe y Kurtis MacDermid, quienes tras calentar la rivalidad en juegos previos, finalmente se vieron las caras en un esperado enfrentamiento.
Inicio del espectáculo: ¿Qué pasó en el hielo?
El escenario se preparó para un drama deportivo cuando ambos entrenadores, Peter Laviolette de los Rangers y Travis Greene de los Devils, alinearon a Rempe y MacDermid en el quinteto inicial. Los aficionados expectantes no tardarían en recibir su dosis de adrenalina cuando los jugadores de ambos equipos se olvidaron del disco para resolver sus diferencias a puño limpio.
Los altercados no se limitaron a los jugadores, ya que los propios entrenadores intercambiaron palabras que evidenciaban la tensión del clásico. En el fragor de la pelea, el joven Rempe del equipo de Nueva York se convertiría en el centro de todas las miradas, pues ya había sido expulsado en los tres encuentros previos contra los Devils esta temporada.
Consecuencias inmediatas: ¿Qué dejaron las peleas?
Como resultado de este inusual comienzo, ocho jugadores - cuatro por cada equipo - fueron expulsados, dejando a ambos conjuntos con bancas mermadas y con la necesidad de reajustar estrategias. Para los Rangers, líderes en la carrera por el Trofeo President's, este incidente podría ser un traspié hacia su objetivo principal, mientras que los Devils ya se alejan de la lucha por los playoffs.
Entre críticas y halagos, lo cierto es que la NHL vuelve a estar en boca de todos tras una noche donde el código no escrito del hockey sobre hielo se hizo presente y dejó claro que la pasión y la lealtad dentro del deporte pueden ser más fuertes que la misma competición.