El eje ferroviario que une las estaciones madrileñas de Chamartín y Atocha, considerado crucial para la red ferroviaria española, sufrió un colapso durante el fin de semana debido al descarrilamiento de un tren de Renfe. El incidente ocurrió en el paso subterráneo que conecta ambas estaciones, una de las tres conexiones conocidas como 'túneles de la risa'.

Impacto del descarrilamiento

Aunque no hubo heridos, el descarrilamiento provocó la interrupción del servicio para miles de viajeros y retrasos significativos para otros. El colapso puso de manifiesto las limitaciones de las estaciones madrileñas, que a pesar de los proyectos de ampliación, carecen de la capacidad necesaria para gestionar crisis de tráfico.

Además, el incidente reveló la dependencia del servicio de alta velocidad en España de este túnel de apenas 7.300 metros, que conecta las líneas del norte, este y sur del país. Tras una inversión de 1.072 millones de euros y solo mes y medio después de su inauguración, la estación de Chamartín se convirtió en la cabecera de los servicios de alta velocidad entre Madrid, Alicante y Murcia, lo que explica el impacto del colapso en los viajes hacia el Levante español.

Investigación del incidente

Las causas del descarrilamiento están siendo investigadas por Renfe, Adif y la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria. Las primeras hipótesis apuntan a un fallo del material rodante, aunque no se descartan otras posibilidades como el sabotaje o el error humano.

Medidas de emergencia

Ante la situación de emergencia, Renfe intentó trasladar a los viajeros entre Chamartín y Atocha utilizando el servicio de Cercanías, pero esta alternativa se vio interrumpida por una amenaza de suicidio en una estación de paso superior. El incidente obligó a cortar la tensión en los cables que alimentan los trenes, provocando un paro total del servicio durante más de dos horas.

Repercusiones para las operadoras

Renfe, que cuenta con la mayor oferta de alta velocidad, fue la más afectada por el colapso. Ouigo tuvo que cancelar la mitad de sus servicios y Iryo también se vio obligada a suspender viajes programados. El domingo se produjeron aún más incidencias, con la supresión de 18 servicios de alta velocidad e Intercity con destino u origen en la Comunidad Valenciana.

En la actualidad, se está trabajando para restablecer la normalidad, con la reorganización del personal y los trenes mientras se libera el túnel Chamartín-Atocha de alta velocidad. Las labores para retirar el tren siniestrado se llevarán a cabo principalmente los fines de semana, lo que obligará a Renfe, Ouigo e Iryo a reprogramar sus servicios durante esos días.