Almeida aprueba presupuestos y reprueba a Maroto en una polémica sesión

El viernes 23 de diciembre de 2024, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, sacó adelante los presupuestos para el año 2025 con los votos del Partido Popular (PP), mientras que Más Madrid, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y Vox votaron en contra de unas cuentas que ascienden a 6.277 millones de euros.

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Además, en el pleno también se aprobó una moción de reprobación contra la exministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, a raíz de unos mensajes entre ella y el comisionista Víctor de Aldama. PP y Vox apoyaron la moción, pero Más Madrid la rechazó al no ver indicios sólidos contra Maroto.

Presupuesto para 2025

Según el equipo de Almeida, el presupuesto para 2025 incrementará un 5,7%, alcanzando los 6.277 millones de euros, y se destinará principalmente a soterrar la A-5, finalizar el Paseo de la Castellana y mejorar la M-30 a la altura de Ventas.

El presupuesto también incluye la construcción de 865 viviendas, lo que fue celebrado por la delegada de Hacienda, Engracia Hidalgo.

Reprobación a Reyes Maroto

Por su parte, Almeida aprovechó el pleno para impulsar una moción de reprobación contra Reyes Maroto, quien dimitió como ministra en julio de 2023.

La moción se aprobó con los votos del PP y Vox, pero fue rechazada por Más Madrid.

Oposición critica los presupuestos

La oposición criticó los presupuestos, con Más Madrid denunciando un recorte del 34% en vivienda, el abandono de los barrios del sur y la falta de inversión en escuelas infantiles.

El PSOE, por su lado, acusó al gobierno de Almeida de presentar unos presupuestos centrados en el "brilli brilli" de los grandes eventos y sin medidas para reequilibrar la ciudad.

Nueva tasa de basuras

El punto más polémico del pleno fue la introducción de una nueva tasa de basuras, que sustituirá a la actual Tasa de Residuos Urbanos de Actividades (TRUA).

El nuevo impuesto aportará unos ingresos netos de 256 millones de euros y su cuota se calculará en función del valor catastral del inmueble y la generación de residuos.

Vox criticó la medida, calificándola de "sablazo", mientras que el alcalde insistió en que era necesaria para mejorar el servicio de recogida de basuras.