Audiencia previa obligatoria antes de despedir a un trabajador

Las empresas deben pensárselo dos veces antes de despedir a un empleado sin audiencia previa

El Tribunal Supremo ha emitido una sentencia que obliga a las empresas a conceder una audiencia previa a los trabajadores antes de despedirlos, salvo en casos excepcionales.

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¿Qué implica la audiencia previa?

La audiencia previa es un trámite en el que el trabajador puede conocer los motivos de su despido y presentar alegaciones para defenderse.

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Las empresas tienen la obligación de acreditar que han realizado la audiencia previa, por lo que es recomendable dejarlo todo por escrito.

Excepciones a la audiencia previa

El artículo 7 del Convenio 158 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) establece que no es necesario conceder audiencia previa en los casos en que no pueda pedirse razonablemente a las empresas que escuchen a los empleados.

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Por ejemplo, si se pilla a un trabajador in fraganti cometiendo un delito laboral y él mismo reconoce los hechos, no sería necesario realizar una audiencia previa.

¿Qué ocurre si las empresas no conceden audiencia previa?

Si las empresas no conceden audiencia previa, los despidos podrían declararse como improcedentes, lo que conllevaría consecuencias económicas para las empresas.

Además, la Inspección de Trabajo y Seguridad Social podría imponer sanciones de hasta 7.500 euros por cada audiencia previa no concedida.

¿Qué deben hacer las empresas?

Las empresas deben asegurarse de cumplir con la obligación de conceder audiencia previa a sus empleados antes de despedirlos.

Para ello, pueden seguir los siguientes consejos:

• Establecer un procedimiento claro para la audiencia previa.
• Documentar todas las actuaciones realizadas durante la audiencia previa.
• Dar al trabajador un plazo razonable para presentar sus alegaciones.

Conclusión

La sentencia del Tribunal Supremo es un cambio significativo en la legislación laboral española.

Las empresas que quieran evitar consecuencias económicas y legales deben asegurarse de cumplir con la obligación de conceder audiencia previa a sus empleados antes de despedirlos.