La Ley de Bases y el paquete de reformas fiscales siguen en negociación

Mientras que en el exterior del Congreso una multitud marchaba en defensa de la universidad pública, en el despacho de Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados, representantes de la Casa Rosada y de la oposición dialoguista mantenían intensas negociaciones para acordar los detalles de la nueva Ley de Bases y del paquete de reformas fiscales impulsadas por el Gobierno. A pesar de que lograron acercar posiciones en varios artículos, aún quedan puntos conflictivos por resolver, por lo que el oficialismo decidió posponer hasta el jueves la convocatoria a las comisiones para la firma de los dictámenes.

Entre los puntos que aún no han llegado a consenso se encuentran los fondos fiduciarios, las privatizaciones y la incorporación de la reforma laboral. La oposición insiste en que, en el caso de que el Ejecutivo dispusiera la eliminación de alguno de los fondos fiduciarios financiados por una asignación específica de un impuesto coparticipable, esos recursos vuelvan a la masa de coparticipación. El oficialismo, por su parte, propone dos opciones para la privatización parcial del Banco Nación: la incorporación de capital privado en la entidad bancaria debiendo mantener el Estado mantener el control (con la posesión de la acción de oro) o la participación mayoritaria en el capital social.

En cuanto a la reforma laboral, el oficialismo replicó en este proyecto el capítulo contemplado en el DNU 70/23, suspendido por la Justicia, aunque con algunas modificaciones. Por caso, reduce de 8 a 6 meses el período de prueba para los trabajadores con contrato por tiempo indeterminado y hace más restrictiva la posibilidad de que se le descuenten a los empleados no afiliados la llamada “cuota sindical”, que financia a los gremios.

El oficialismo accedió a varias concesiones para evitar un nuevo fracaso en la sanción de la Ley de Bases. Una de ellas se refiere a la actualización de los pisos mínimos no imponibles y de las escalas del impuesto a las Ganancias. Otra concesión fue la incorporación en reemplazo de la moratoria previsional de una Prestación Previsional Proporcional en función de los aportes realizados por los trabajadores que no cumplieron con los 30 años que exige la ley.

Además, el Gobierno debió dar marcha atrás en la inclusión de un artículo que le otorgaba plenas facultades en materia de desregulación económica. Dicho artículo le daba rienda suelta al Ejecutivo para disponer la derogación o modificación de leyes que, de forma manifiesta, generen distorsiones en los precios de mercado, un sobrecosto en el sector regulado, o la escasez de bienes y servicios sin justificación de interés público suficiente.

La importancia de llegar a un consenso

El oficialismo mantiene el cronograma previsto de sesionar el 29 y 30 de este mes para darle media sanción a ambas iniciativas. “Si decidimos estirar un día más las negociaciones (por mañana), es para llegar al recinto con un acuerdo lo más logrado posible”, indicó Menem durante un alto en las negociaciones. El mayor temor de los oficialistas es que se repita el fracaso de enero pasado cuando, por falta de consenso, la Ley de Bases original naufragó en plena discusión del articulado.

Por su parte, la oposición dialoguista también está interesada en llegar a un acuerdo. El radicalismo, que lidera el bloque opositor más numeroso, está dispuesto a apoyar la Ley de Bases y el paquete de reformas fiscales, pero insiste en que se incorporen algunas modificaciones. El escenario es complejo y aún no está claro si finalmente se llegará a un acuerdo. Sin embargo, las negociaciones continúan y todas las partes involucradas están haciendo esfuerzos para evitar un nuevo fracaso.