Canadienses están boicoteando productos estadounidenses en respuesta a las amenazas arancelarias de Donald Trump
En un giro sorprendente de los acontecimientos, los consumidores canadienses están demostrando su descontento con las políticas comerciales del expresidente estadounidense Donald Trump, quien nuevamente aspira a la presidencia, a través de un boicot generalizado de productos estadounidenses. Según informa Bloomberg, esta acción no solo está afectando las ventas de diversos productos, sino que también está transformando los hábitos de consumo y fomentando un sentimiento de orgullo nacional.
El rechazo a los productos estadounidenses se extiende por todo Canadá
La reacción canadiense se está manifestando de diversas maneras. En los supermercados, los productos cultivados en Estados Unidos están siendo dejados de lado, prefiriéndose las opciones canadienses, incluso si eso implica pagar un poco más. Ellen Bessner, abogada de Toronto, es un claro ejemplo de este movimiento. Ella está reemplazando todos los productos estadounidenses en su hogar por alternativas canadienses. «Siempre me he centrado en ‘comprar Canadá’, pero con la amenaza de los aranceles, estoy llevándolo varios niveles más allá», dice Bessner.
Este cambio en los hábitos de consumo es significativo, considerando que Canadá es uno de los mayores compradores de productos estadounidenses, con un gasto de 349.400 millones de dólares en 2024, según datos del Departamento de Comercio de Estados Unidos.
Más allá de las compras: cancelaciones de viajes y reducción de vuelos
El boicot no se limita a los productos físicos. Muchos canadienses también están optando por cancelar sus viajes a Estados Unidos como forma de protesta. La Asociación de Viajes de Estados Unidos indica que Canadá es la principal fuente de turistas extranjeros, con un gasto de 20.500 millones de dólares en 2023. Sin embargo, figuras como Irene Taylor, socia gerente de la consultora Praxis Partners, están cambiando sus planes y eligiendo destinos nacionales o internacionales alternativos.
«Una cosa que podemos hacer es no darle nuestros dólares a Estados Unidos en este momento», afirma Curtis Brown, director de Probe Research, señalando que una encuesta reciente revela que más del 60% de los canadienses planean evitar las vacaciones en Estados Unidos.
Las aerolíneas canadienses también están sintiendo el impacto, reduciendo sus vuelos a Estados Unidos en previsión de una menor demanda. Incluso grandes empresas, como el bufete de abogados Fasken Martineau DuMoulin, han cancelado viajes a Las Vegas, perdiendo importantes sumas de dinero.
El orgullo nacional como motor del boicot
El boicot a los productos estadounidenses va más allá de una simple reacción económica; es una expresión de orgullo nacional. En las tiendas de comestibles, carteles con hojas de arce rojo anuncian «Compre productos canadienses», facilitando a los consumidores la identificación de opciones locales. Loblaw Cos., el mayor comprador de alimentos del país, ha reportado un aumento del 8% en las ventas de productos canadienses en la primera semana de febrero.
Además, aplicaciones como Buy Beaver, desarrollada por el ingeniero Christopher Dip, están ganando popularidad. Esta herramienta escanea códigos de barras para identificar si un producto es canadiense, y ha registrado 35.000 descargas en solo dos semanas. «Queremos mantener nuestra soberanía económica», declara Dip.
Implicaciones y posibles consecuencias
El rechazo canadiense tiene implicaciones significativas para las empresas estadounidenses. Como ejemplo, las ventas de Tesla disminuyeron un 45% en Europa el mes pasado, y en Canadá se ha planteado la posibilidad de imponer un arancel del 100% a los vehículos eléctricos de la compañía. Chrystia Freeland, candidata a primera ministra, ha expresado su apoyo a esta medida.
David Soberman, profesor de marketing estratégico de la Universidad de Toronto, advierte que este tipo de reacciones podrían extenderse a otros países. «Donald Trump tiene la capacidad de hacer enojar a la gente de otros países con bastante facilidad», afirma Soberman, anticipando respuestas similares en Europa y Asia.
Cambios culturales y simbólicos
El descontento canadiense se manifiesta también en cambios culturales y simbólicos. Algunas cafeterías han cambiado el nombre del «café americano» a «café canadiense» como forma de protesta. La cadena Kicking Horse Coffee, con sede en Columbia Británica, está liderando este movimiento, que ha ganado popularidad en todo el país. William Olivera, propietario del Café Belém en Toronto, explica que esta decisión es una muestra de orgullo nacional. «Es bueno para nosotros simplemente defendernos como somos y recordarles a los demás que no debemos dejarnos manejar ni intimidar por otros», señala Olivera.
Según El Imparcial (2025), la ola de boicots está tomando cada vez más fuerza, reflejando un profundo descontento con las políticas proteccionistas de Estados Unidos y un renovado sentido de identidad nacional en Canadá. Pablo Rubio, periodista de El Imparcial, destaca que este movimiento podría tener consecuencias duraderas en las relaciones comerciales entre ambos países.
Referencias
El Imparcial. (2025). Canadienses rechazan comprar productos de EU por amenazas de aranceles de Donald Trump. Recuperado de https://www.elimparcial.com/dinero/2025/03/01/canadienses-rechazan-comprar-productos-de-eu-por-amenazas-de-aranceles-de-donald-trump/