La Administración de Andrés Manuel López Obrador ha destinado importantes recursos para finalizar sus proyectos emblemáticos y financiar sus programas sociales. En el periodo comprendido entre enero y marzo de este año, el Gobierno ha gastado 2,3 billones de pesos mexicanos, lo que supone un incremento del 19% respecto al mismo periodo del año anterior. Sin embargo, los ingresos durante este lapso han ascendido a 1,8 billones de pesos, dando lugar a un déficit trimestral sin precedentes de 452.370 millones de pesos.

¿Qué ha provocado el desequilibrio?

Este desequilibrio presupuestario responde en gran medida al aumento de los subsidios y transferencias del Gobierno. En los primeros tres meses del año, estos gastos han aumentado un 61%, pasando de 301.200 millones de pesos en 2023 a 507.300 millones de pesos en 2024. Este incremento se debe, en parte, a la entrega anticipada de programas sociales y ayudas debido a la prohibición electoral.

El déficit se dispara

El déficit presupuestario de 452.370 millones de pesos es el más elevado registrado en un primer trimestre desde 2001, según los datos de la Secretaría de Hacienda. El investigador del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), Jesús Carrillo, explica que el Gobierno ha destinado 50.400 millones de pesos adicionales a infraestructuras y 206.100 millones de pesos más a otras obras.

¿Cómo se financiará el déficit?

Carrillo advierte que el déficit del Gobierno federal deberá cubrirse con deuda, una deuda cuyo coste financiero será elevado debido al entorno de tipos de interés altos. "El déficit se tiene que cubrir con deuda y pagar la deuda en una época de tipos de interés altos es más difícil y si vas a gastar más dinero en un mayor gasto financiero, entonces, no vas a poder destinarlo a otras áreas como salud o educación", detalla.

El peso de la deuda pública

A marzo de 2024, el saldo de la deuda bruta del sector público federal ascendía a 15,93 billones de pesos. En los próximos cinco años, la Administración actual deberá hacer frente a pagos por valor de 6,48 billones de pesos únicamente en obligaciones financieras.

El reto para el próximo Gobierno

Carrillo prevé que el próximo Gobierno tendrá que reducir la inversión pública para lograr la disminución del déficit presupuestario, lo que podría limitar el crecimiento económico. "Mientras más compromisos se adquieren de manera obligatoria, más difícil resulta gastar en otras cosas. Ahí la infraestructura es la que va a tener más dificultades para desarrollarse. A mi parecer, este nivel de déficit sí es un gran desafío para la próxima Administración", zanja.