El mercado inmobiliario chino, impulsado por las medidas del gobierno
China ha anunciado una serie de medidas para reactivar su sector inmobiliario, afectado por la pandemia de COVID-19. Estas medidas incluyen la inyección de 300.000 millones de yuanes (unos 38.000 millones de euros) en el mercado para financiar la compra de viviendas no vendidas por parte de entidades públicas y la reducción del porcentaje mínimo de entrada requerido para los compradores de primera vivienda.
Financiación pública para viviendas no vendidas
El gobierno chino destinará 300.000 millones de yuanes a un nuevo mecanismo de préstamos para fomentar la compra de viviendas terminadas y no vendidas por parte de empresas públicas. Estas viviendas se destinarán a viviendas asequibles, ya sea para su venta o alquiler. Se espera que este mecanismo genere préstamos bancarios por valor de 500.000 millones de yuanes (unos 63.000 millones de euros).
Reducción de la entrada para compradores de primera vivienda
El Banco Popular de China también ha anunciado la reducción del porcentaje mínimo de entrada requerido para los compradores de primera vivienda mediante préstamos hipotecarios del 20% al 15%. Para la adquisición de una segunda residencia, el umbral se reduce del 30% al 25%.
Estas medidas pretenden estimular la demanda de vivienda y ayudar a las promotoras inmobiliarias a deshacerse de su inventario de viviendas no vendidas. El mercado inmobiliario chino se ha visto afectado por la pandemia de COVID-19, que ha provocado una disminución de las ventas y un aumento de los impagos de hipotecas. El gobierno chino espera que estas medidas ayuden a estabilizar el mercado y a evitar un colapso más profundo.
Medidas adicionales
El gobierno chino también ha anunciado otras medidas para apoyar el sector inmobiliario, como la reducción de los tipos de interés de los préstamos hipotecarios y la flexibilización de las normas de zonificación para permitir el desarrollo de más viviendas asequibles. Estas medidas tienen como objetivo abordar las preocupaciones sobre la asequibilidad de la vivienda y garantizar que todos los ciudadanos chinos tengan acceso a un lugar seguro y asequible para vivir.
El impacto total de estas medidas aún está por ver, pero se espera que proporcionen un impulso muy necesario al sector inmobiliario chino. Si tienen éxito, podrían ayudar a estabilizar la economía china y evitar una crisis financiera más amplia.