El Gobierno español niega la necesidad de una nueva reforma fiscal

El Ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha afirmado que el Gobierno considera que las medidas fiscales adoptadas en los últimos años son suficientes y que no es necesaria una nueva reforma tributaria. Esta declaración se produce un día después de que la Comisión Europea solicitara a España una reforma fiscal para aumentar los ingresos fiscales y cubrir el déficit estructural de las cuentas públicas españolas.

Según Cuerpo, el Gobierno "ya ha tomado todas las decisiones necesarias" para cumplir con las obligaciones del quinto pago del plan de recuperación. Estas decisiones incluyen la modificación de impuestos existentes, como el IRPF y el impuesto de sociedades, y la creación de nuevas figuras impositivas, como el impuesto de solidaridad de grandes fortunas y los impuestos sobre los beneficios extraordinarios de banca y energéticas.

Mejoras en la recaudación, pero insuficientes

A pesar de estas medidas, Cuerpo reconoce que el impacto de los cambios fiscales ha sido menor de lo esperado. Además, señala que la mejora en los ratios de recaudación de los últimos años se debe principalmente a la mejora del empleo, la escalada de los precios y la lucha contra la economía sumergida, y no al impacto de las nuevas figuras impositivas.

Como resultado, la presión fiscal de España (ingresos tributarios en relación con el PIB) sigue siendo notablemente inferior a la media europea. En 2022, el indicador español alcanzó el 38,3% del PIB, muy por debajo del 41,2% de la UE y del 41,9% de la eurozona.

Interpretación diferente de la Comisión Europea

La Comisión Europea, por su parte, considera que la recaudación fiscal en España no es suficiente para reducir el déficit estructural de los presupuestos públicos. Esta interpretación se basa en el análisis del paquete fiscal que elabora cada semestre la Comisión.

Por lo tanto, la Comisión Europea espera que la reforma fiscal aparezca tanto en las evaluaciones del quinto pago del fondo de recuperación como en la negociación del plan de ajuste fiscal a medio plazo que España debe preparar para adaptarse a las nuevas reglas fiscales.

El Gobierno español, sin embargo, mantiene su posición de que las medidas fiscales adoptadas hasta ahora son suficientes y que no es necesaria una nueva reforma tributaria.