El ruido, la contaminación y la falta de luz natural son los principales problemas de la vivienda en España

Según una encuesta del Instituto Nacional de Estadística (INE), casi uno de cada cuatro hogares españoles (el 24%) sufrió en 2023 por el bullicio producido por los vecinos o en el exterior, un porcentaje que ha crecido en casi 10 puntos porcentuales desde el año 2012.

Las molestias por el ruido son más frecuentes entre las familias con menores ingresos. Así, mientras que el primer quintil (el 20% más pobre de la población) sufre bullicio en el 25,6% de los casos, el último (el 20% más rico) lo hace únicamente en el 20,7%. Los quintiles intermedios rondan una proporción del 24,5%.

Otros problemas que también aumentan con carácter general entre 2012 y 2023 son la falta de luz natural, que pasa del 4,4% al 8,6% de los hogares; la contaminación y otros problemas derivados, que avanzan del 7,8% al 10,7%; y el vandalismo, que aumenta del 10% al 13,8%.

Como consecuencia de todos estos problemas, el porcentaje de hogares que declara no tener ninguno de ellos ha caído del 74,8% al 62,1%.

La brecha entre ricos y pobres también se refleja en el acceso a la vivienda

Los datos de la ECV también muestran que la brecha entre ricos y pobres se refleja en el acceso a la vivienda. Así, los hogares con mayores niveles de renta se encuentran en mejor situación que los más pobres.

Por ejemplo, el 83,5% de los hogares del país se mostró relativamente satisfecho o muy satisfecho con la vivienda en la que residían, un dato que empeora en casi cinco puntos porcentuales respecto a 2012 y que también está fuertemente condicionado por los niveles de ingresos.

Otro dato que evidencia el vínculo entre el poder adquisitivo y la renta es que los pobres habitan las casas más pequeñas y los ricos, las más grandes.

La crisis energética también está teniendo un impacto en el acceso a la vivienda. En 2023, el 27,5% de los hogares encuestados reconocieron no tener una temperatura suficientemente cálida durante los meses fríos, casi 10 puntos porcentuales más que el dato registrado en 2012.

En este apartado, la brecha entre ricos y pobres se agranda aún más: si el 15% de los hogares del último quintil estaban en esta situación, la cifra escalaba al 38,9% en el colectivo más pobre.

Lo mismo sucedió en verano: el 41,3% de las familias con menos ingresos no pudo disfrutar de “una temperatura suficientemente fresca”, porcentaje que cae al 33,6% en la media nacional y al 24,8% en el 20% más acaudalado.

A pesar de la subida de los precios, la sobrecarga económica que supone la vivienda ha disminuido

Pese a todo ello, algo llamativo en un contexto de encarecimiento de alquileres y de aumento de tipos en las hipotecas es que la sobrecarga económica que supone la vivienda ha perdido peso entre los dos años analizados, aunque de nuevo impacta más en los hogares de menor renta.

De media, en 2023, los gastos totales de la casa supusieron “una carga pesada” para el 36,2% de los encuestados, cuando la sensación llegaba en 2012, en plena crisis inmobiliaria, al 54,9%.