El tren descarrilado de Madrid lleva 10 días atrapado en el túnel
Diez días después del accidente, un tren sigue volcado en el túnel de alta velocidad que conecta las estaciones madrileñas de Atocha y Chamartín. Los trenes procedentes de Levante siguen pasando junto al vehículo de Renfe que descarriló el 19 de octubre, en lo que las autoridades califican como un accidente grave.
¿Qué sabemos del accidente?
El tren accidentado, un Avant S114 de Renfe, era remolcado por otra unidad de la misma serie. El viaje comenzó en los talleres de La Sagra, en Toledo, y tenía como destino los talleres de Fuencarral, en Madrid.
Al pasar por el subsuelo del paseo de la Habana, la locomotora no pudo subir por la rampa hacia la estación de Chamartín. Al retroceder para coger impulso, el tren remolcado se desenganchó sobre las 16:20 horas, sin frenos ni batería, a unos 2,5 kilómetros de Chamartín.
El túnel por el que circulaba pasa por debajo de los andenes de alta velocidad de la estación Puerta de Atocha. Se trata del túnel utilizado por los servicios de alta velocidad de las líneas que unen Chamartín con Valencia, Alicante y Murcia. La boca sur del túnel vuelve a la superficie cerca de la estación de Atocha, pero no desemboca ni en los andenes ni en las vías. Esta última, mencionada por el ministro de Transportes, Óscar Puente, como posible lugar de colisión entre el tren descontrolado y otro estacionado, es la zona de entrada a la estación previa a los andenes.
Sin embargo, el riesgo residía en que otro tren de pasajeros procedente de Levante estuviera esperando en las inmediaciones o dentro del paso subterráneo. Este extremo no se ha aclarado en las primeras informaciones de la investigación facilitadas por la Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios (CIAF).
Había dos técnicos de mantenimiento a bordo. Ambos salieron del vehículo "sanos y salvos" tras un accidente en el que descendieron cuatro kilómetros por un túnel en un tren sin frenos ni batería que acabó chocando contra la pared del túnel.
El tren averiado, que pesa unas 220 toneladas, se deslizó sin control durante más de cuatro kilómetros por el subsuelo de la calle Serrano antes de volcar. Según la investigación, el tren circulaba por el túnel "a gran velocidad", a falta de la precisión del informe final. Se desconoce cuánto tiempo tardó en recorrer esos cuatro kilómetros.
El túnel de alta velocidad entre Chamartín y Atocha es un tramo de doble vía. Al desengancharse, el tren comenzó a descender por la vía 1, la de la izquierda desde Chamartín hacia Atocha. Bajo el Jardín Botánico hay un puesto de banalización, unos raíles que permiten a los trenes cambiar de vía. Gracias a este mecanismo, el tren descontrolado fue obligado a cruzar a la vía 2, la de la derecha, en muy pocos metros. Al llegar a la curva, el vehículo se salió de la tangente y chocó contra la pared izquierda del túnel, deslizándose hasta detenerse.
Cuando el tren averiado se desenganchó del remolcador, se produjo un escape de material, como se conoce en la legislación ferroviaria al movimiento incontrolado de un vehículo. La indicación para este supuesto es, como último recurso, descarrilarlo para evitar males mayores. "Un trabajador del centro de control de Adif toma la decisión de desviarlo a una de las vías para provocar su descarrilamiento", dijo el ministro Puente el martes pasado.
Según estas declaraciones y las primeras conclusiones de la investigación, se favoreció la salida de vía del tren con dos personas a bordo para evitar un mal mayor. Se desconoce si la decisión de desviar la trayectoria del tren que circulaba sin frenos se tomó en el centro de control de Adif cuando se supo que se había desenganchado del remolcador, como parece a la luz de un primer relato oficial, o si la configuración previa del puesto de banalización lo habría desviado igualmente. Tampoco se conoce la causa del desacoplamiento ni el motivo por el que no se activó ningún freno del tren averiado.
La primera curva del túnel, donde se produjo la salida de vía, tiene una velocidad limitada a 45 kilómetros por hora. Unos 300 metros más adelante, el límite baja a 25 kilómetros por hora. Este último límite es tan bajo porque las dos vías del túnel terminan convergiendo en una sola. Si el tren averiado hubiera continuado su trayectoria errática por la vía y hubiera descarrilado 300 metros más adelante, podría haberse bloqueado el acceso al tramo de vía única. En este caso, el paso de los trenes de alta velocidad del sureste peninsular a la estación de Chamartín habría quedado totalmente inutilizado.