El escándalo de sobornos salpica al banquero mexicano Ricardo Salinas y a Banco Azteca

El escándalo de sobornos que rodea al congresista estadounidense Henry Cuellar y su esposa, Imelda, por recibir hasta 600.000 dólares de dos entidades extranjeras ha salpicado al tercer hombre más rico de México: Ricardo Salinas Pliego, y a una de sus empresas estrella, Banco Azteca.

Banco Azteca, en el punto de mira

La acusación del Departamento de Justicia de EE. UU. señala que a través de un entramado de compañías fantasma y contratos falsos, el demócrata recibió de 2014 a 2021 más de 238.000 dólares del banco mexicano a cambio de frenar las leyes antilavado en ese país.

Aunque la denuncia no menciona a Banco Azteca por su nombre, las referencias apuntan a su perfil al describirlo como parte de un conglomerado mexicano con una subsidiaria de préstamos a corto plazo y negocios de entretenimiento y medios de comunicación en español.

Las autoridades añaden que el banquero que negoció con Cuellar los presuntos sobornos fue presidente de la Asociación de Banqueros de México en 2019, justo el año en que Luis Niño de Rivera, entonces presidente de Banco Azteca, fue elegido titular de la Asociación de Bancos de México.

Cuellar niega las acusaciones

El legislador ya ha negado las acusaciones, mientras que Banco Azteca ha replicado en sus redes sociales que opera con honestidad y se rige bajo los más altos estándares internacionales de cumplimiento.

Un entramado de correos, empresas fantasmas y mensajes de texto

El cerco contra Banco Azteca y el congresista Cuellar pone en la mira decenas de correos, empresas fantasmas, pagos mensuales por "consultorías estratégicas" y mensajes de texto entre el demócrata, el banquero mexicano y otros intermediarios, entre los que se alude, también, a un político del Estado de Nuevo León.

De acuerdo con la acusación, los sobornos fueron blanqueados a través de las empresas fantasma de Imelda Cuellar. A cambio, el legislador prometió influir en la regulación del sector financiero en beneficio de Banco Azteca y presionar a los funcionarios en EE. UU. para flexibilizar las medidas contra el lavado de dinero.

Los fiscales señalan que el banco mexicano dependía de las relaciones con otras instituciones financieras en Estados Unidos para facilitar las transacciones transfronterizas. Sin embargo, con el endurecimiento de la regulación se comenzaron a cerrar estas vías de acceso, una de las principales razones que llevaron a Banco Azteca a buscar a Cuellar, hace una década.

Los primeros contactos

Los primeros acercamientos entre Cuellar y un político mexicano, que fungió como intermediario de Banco Azteca, ocurrieron en mayo de 2014, según la denuncia. Estas negociaciones derivaron en la firma de un contrato de consultoría falso y el pago de 238.390 dólares en sobornos al congresista, a través de compañías fantasmas y facturas falsas.

El documento detalla que en diciembre de 2014, Cuellar y su esposa viajaron a México para reunirse con el ejecutivo del banco y discutir el acuerdo corrupto. Un año más tarde, el contrato de las supuestas consultorías fue firmado en Ciudad de México.

Dicho contrato establecía que, a partir del 1 de enero de 2016, el banco le pagaría a la compañía 15.000 dólares mensuales por "servicios de consultoría y asesoramiento estratégico". El acuerdo, con vigencia de dos años, contaba con una tabla de rendimientos que oscilaban entre los 500.000 y 615.000 dólares.

Dichas tarifas de éxito se pagarían solo si la consultora lograba "los objetivos acordados". Por esas fechas, Cuellar y el político mexicano intercambiaron mensajes de texto en los que reconocían que era necesario buscar a otro intermediario para encubrir los pagos.

Intercambio de correos electrónicos sobre leyes bancarias en EE. UU.

En paralelo a esta supuesta relación comercial, el banquero mexicano y Cuellar se intercambiaron correos electrónicos con documentos referentes a las leyes sobre los corresponsales bancarios en EE. UU.

"Cuellar asesoró y presionó a un funcionario estadounidense de alto rango y responsable de la supervisión de los bancos, para que tomara medidas oficiales en beneficio del banco extranjero", se afirma en la denuncia de Estados Unidos.

"—Lenguaje añadido en comité— escribió Cuellar al banquero mexicano, en junio de 2015.

—Excelentes noticias. Por favor, hazme saber si podemos ser de más ayuda. Nuestro diálogo con los reguladores de México y Estados Unidos sigue avanzando— respondió el representante del banco.

El demócrata informó al banquero mexicano, en septiembre de 2016, que sus más recientes reuniones con senadores y oficiales de Estados Unidos estaban moviendo la discusión "en la dirección correcta".

Cuellar y un ejecutivo de Banco Azteca discuten un "tema delicado"

La acusación también vincula a Cuellar con un ejecutivo con responsabilidad en asuntos legislativos del conglomerado mexicano al que pertenece el banco. De diciembre de 2018 a junio de 2019, el congresista y el empresario intercambiaron múltiples mensajes de texto y tuvieron al menos una reunión en persona para discutir un "tema delicado".

En agosto de 2019, Cuellar le envío dos correos electrónicos con la ley de lucha contra el blanqueo de capitales, la financiación del terrorismo y la falsificación a discutirse en EE. UU., ese año.

El uso de los sobornos

Las pesquisas indican que el congresista de Texas, de 68 años, y su esposa utilizaron los sobornos para pagar deudas, cubrir gastos familiares y realizar compras. Los fiscales afirman que la pareja utilizó el dinero para pagar 53.000 dólares a una tarjeta de crédito y comprar un vestido de 12.000 dólares, entre otros desembolsos.

El legislador estadounidense y su esposa están acusados de varios cargos federales de soborno, fraude electrónico, lavado de dinero e interferencia extranjera tanto por el caso donde se vincula a Banco Azteca como por haber recibido sobornos de una empresa de petróleo y gas propiedad del Gobierno de Azerbaiyán.

Ricardo Salinas y Banco Azteca niegan las acusaciones

En alusión a esta demanda, Banco Azteca indicó en sus redes sociales el pasado sábado que es un banco líder en su compromiso con la seguridad y la ley, innovando e incorporando controles, procesos y la tecnología más avanzada en sus servicios.

"Queremos reiterar que nuestras operaciones se rigen bajo los más altos estándares internacionales de cumplimiento. Siempre operamos con ética, honestidad y profundo compromiso con nuestros clientes y nuestro país", zanjó la institución financiera sobre el caso.

Ricardo Salinas Pliego, por su parte, ha negado las acusaciones a través de su cuenta de Twitter, calificándolas de "mentiras y difamaciones". El empresario ha asegurado que Banco Azteca es una empresa sólida y transparente, y que está dispuesto a colaborar con las autoridades para demostrar su inocencia.