España mantiene su crecimiento económico mientras Europa se enfrenta a la recesión

España continúa con su trayectoria de crecimiento económico, superando todas las previsiones y dejando atrás a otros países europeos. Mientras Alemania coquetea con la recesión y Francia e Italia avanzan a un ritmo más lento, España registra un sólido aumento del 2,9% interanual, superando el 0,6% de la zona euro. Estos resultados positivos se han logrado a pesar de los obstáculos que podrían haber obstaculizado el progreso, como una inflación acumulada superior al 15%, un aumento significativo en las tasas de interés y la atonía de los socios comerciales. Además, España se enfrenta a un proceso gradual de envejecimiento que resta capacidad de crecimiento.

Claves del crecimiento

Varios factores han contribuido al éxito económico de España. Uno de ellos es el empleo sostenido gracias a la llegada de trabajadores inmigrantes. El turismo, que ha experimentado un aumento significativo tras la pandemia, también ha sido un motor clave. Además, las exportaciones de servicios empresariales están mostrando un rendimiento extraordinario, impulsadas por la internacionalización de las empresas. El consumo de las administraciones públicas, respaldado por las compras de deuda pública del BCE, ha brindado apoyo adicional. La inversión en obra pública, respaldada por los fondos europeos, y la resistencia de la industria, que no se ha visto tan afectada por la crisis energética debido a la disponibilidad de energías renovables y los bajos costes laborales, también han contribuido al crecimiento.

La inmigración como factor esencial

La inmigración ha desempeñado un papel crucial en el crecimiento económico de España. Desde finales de 2019, un tercio de los empleos creados ha sido cubierto por trabajadores extranjeros, lo que representa más de 600.000 afiliaciones. Si se consideran las cifras de la Encuesta de Población Activa del INE, que incluye también a los inmigrantes con doble nacionalidad, el porcentaje de trabajadores extranjeros asciende al 67%, lo que supone más de un millón de ocupados.

Otros indicadores positivos

Además del crecimiento del PIB, otros indicadores económicos también muestran una evolución positiva. La masa salarial acumula un crecimiento interanual superior al 7% durante más de un año. Aunque parte de este aumento se atribuye a un incremento del empleo en torno al 2%, el resto se debe a subidas medias del coste salarial de cerca del 5%. En un contexto de moderación de la inflación, esto sugiere una recuperación gradual de las rentas salariales, lo que debería impulsar el consumo a largo plazo.

Retos para el futuro

A pesar de los éxitos económicos, España encara algunos retos. El consumo, indicador del bienestar de los ciudadanos, sigue siendo débil debido al impacto de la inflación y al aumento de las cifras de ahorro. Fomentar la inversión privada, que aún no ha recuperado los niveles previos a la pandemia, es otra tarea pendiente. Además, España debe abordar la brecha de productividad con Europa, que se ha ido ampliando en los últimos años.

En definitiva, España mantiene un crecimiento económico sólido mientras otros países europeos afrontan dificultades. Factores como la inmigración, el turismo, las exportaciones y el apoyo del sector público han impulsado el progreso. Sin embargo, retos como la debilidad del consumo, la necesidad de fomentar la inversión privada y la brecha de productividad con Europa exigen atención para garantizar un crecimiento sostenible en el futuro.