España, una economía dependiente del turismo

La reforma laboral aprobada a finales de 2021 alivió uno de los males endémicos del mercado laboral español: la temporalidad. El porcentaje de contratos temporales ha descendido del 25% al 16%, mejorando la situación de millones de trabajadores.

Sin embargo, este cambio apenas se ha reflejado en la estacionalidad de la economía española. El número de trabajadores y la tasa de paro siguen variando significativamente según la época del año, al ritmo que marcan las temporadas del principal motor económico del país: el turismo.

Turismo: motor y lastre

El turismo representó el 12,8% del PIB español en 2023, el máximo histórico. Los vaivenes son siempre los mismos: estancamiento de la afiliación en los primeros meses del año, que comienza a despertar con la Semana Santa. A finales de junio o julio se produce un éxtasis de contrataciones turísticas, para luego caer o congelarse a partir de agosto y repuntar levemente en Navidad.

Este fenómeno es muy similar antes y después de la reforma laboral. Así, el número de trabajadores acelera en el primer semestre y se estanca el segundo.

La diferencia es más relevante con respecto a países menos turísticos, como Alemania o Países Bajos. Allí, los incrementos trimestrales no suelen superar el 1% en ninguna época del año y los retrocesos casi nunca son superiores al medio punto.

El margen de mejora de España es inmenso, lo que facilita saltos increíbles en el número de ocupados sin que ello vaya acompañado de un desplome tras el verano. Sin embargo, sigue habiendo el doble de parados en España que en el promedio europeo y el triple que en Alemania o Países Bajos.

Más allá del turismo

Aunque España sigue a la cola en productividad, los sectores de mayor cualificación están creciendo más rápido que el resto. Las actividades que más espacio han ganado en el tejido productivo español de 2019 a 2023 son:

  • Sanidad y servicios sociales
  • Actividades científicas y técnicas
  • Información y comunicaciones

En estos tres sectores, el salario está por encima del promedio y suponen un potencial para el crecimiento económico.

El papel de los fondos europeos

El Gobierno considera que la subida del salario mínimo y la reforma laboral están impulsando los sectores de alto valor añadido. Además, la preeminencia de estas actividades también conduce al crecimiento del tamaño de las empresas.

Según datos del Ministerio de Trabajo, ya hay 33.320 compañías con más de 50 empleados en España, un 16% más que en 2018. En el mismo periodo, la ocupación en las microempresas ha caído un 3% y en las de más de 500 trabajadores ha crecido un 30%.

Conclusión

La economía española sigue condicionada por el turismo, lo que genera una elevada estacionalidad en el mercado laboral. Sin embargo, los sectores de mayor cualificación están creciendo y los fondos europeos pueden ser una oportunidad para reindustrializar el país y potenciar su autonomía estratégica.