Después de intensas deliberaciones que se extendieron más allá de un mes, Colombia enfrenta una realidad en la que la determinación del salario mínimo para el año 2024 debió ser delegada directamente al Gobierno de Gustavo Petro. Las negociaciones entre empresarios y sindicatos han culminado sin llegar a un consenso, marcando un notorio contraste con las dos ocasiones anteriores donde sí se lograron acuerdos.

¿Qué sigue después del desacuerdo entre las partes?

Ante la ausencia de un acuerdo, la responsabilidad recae ahora en el Ejecutivo, con la presión adicional de comunicar la decisión oficial en los próximos días. Este desenlace revela una amplia brecha entre las expectativas de los trabajadores y la perspectiva empresarial en un contexto donde los indicadores económicos juegan un papel decisivo.

¿Cuáles eran las propuestas de aumento?

Las centrales obreras expresaron su decepción señalando que prevalecieron los intereses empresariales. Se habían propuesto un incremento del 18%, cifra que fue vista como excesiva por analistas y empresarios, especialmente considerando la proyección inflacionaria situada entre el 9,4% y el 9,8%. Por contraparte, los empresarios no respondieron de manera unificada, y aunque no presentaron una propuesta formal, se filtró que contemplaban un incremento entre el 10,5% y el 10,7%.

En medio de este escenario, las repercusiones no se dejan esperar. Fabio Arias, presidente de la CUT, no ha dudado en marcar una postura crítica ante la reticencia empresarial a ceder ante un mayor incremento que, según los sindicatos, es vital para entender la contribución de los trabajadores en la economía nacional.

La decisión del Gobierno

Tomando en cuenta los antecedentes y el difícil contexto económico, el Gobierno presidido por Gustavo Petro establece un incremento del 12,07% al salario mínimo. De esta forma, el salario ascenderá de 1’160.000 pesos a 1’300.000 pesos para el año entrante. Es pertinente mencionar que esta decisión no solo afecta el ingreso de los trabajadores, sino también una amplia gama de aspectos económicos vinculados, como es el caso del auxilio de transporte, EPS y otros aspectos laborales que se ajustan en función del salario mínimo.

¿Cuál es la postura de los sindicatos y los empresarios?

La respuesta sindical no se ha hecho esperar, con líderes como Diógenes Orjuela manifestando su rechazo hacia la cifra final, atendiendo a un sentido de unión entre algunos sindicalistas y el Gobierno. Por otro lado, la postura empresarial sigue siendo de cautela, argumentando que un aumento excesivo puede impactar las condiciones macroeconómicas, el empleo y, por extensión, la capacidad del Banco de la República para continuar con sus políticas de ajuste monetario.

Impacto y perspectiva económica

Acorde a las previsiones y la realidad económica de Colombia, se espera que la inflación descienda al cierre del año en curso, lo cual podría traducirse en una mejora del poder adquisitivo para el 2024. No obstante, el país aún enfrenta desafíos como el desempleo y una tasa de crecimiento económico que requiere atención. La determinación del salario mínimo aparece como un componente integral para equilibrar los intereses económicos del país y el bienestar de sus trabajadores.