Las CCAA juegan con la autonomía tributaria, disparando las diferencias en la recaudación

Las comunidades autónomas están aprovechando los márgenes de maniobra que les ofrece el sistema tributario español para modular al alza o a la baja algunos impuestos estatales, así como para crear figuras propias sobre bienes o actividades no gravadas por el Estado. Este ejercicio de autonomía tributaria ha provocado una carrera a la baja de impuestos en los últimos años, lo que ha llevado a las comunidades a dejar de recaudar miles de millones de euros.

Madrid, la comunidad que más ha recortado impuestos

Según el VI Informe sobre la Desigualdad en España, presentado este martes por la Fundación Alternativas, Madrid es la comunidad que más ha recortado sus impuestos en 2022, perdiendo 928 euros por habitante, lo que supone una caída del 2,39% de su PIB o del 26,1% de sus ingresos tributarios.

Estas rebajas fiscales se han centrado principalmente en la imposición sobre la riqueza, beneficiando especialmente a los ciudadanos con más recursos. Además, la deflactación del IRPF en la parte autonómica ha supuesto una merma en la recaudación potencial de la comunidad.

Las comunidades gobernadas por el PP, las que más recortes han aplicado

En general, las comunidades gobernadas por el PP han sido las que más descuentos fiscales han aprobado, mientras que las capitaneadas por la izquierda han mantenido o ampliado los parámetros de la normativa estatal.

Baleares, la comunidad que más ha recaudado

En el otro extremo se sitúa Baleares, que ha registrado un saldo favorable del 1,6% del PIB, equivalente a 550 millones de euros más. Este aumento de la recaudación se debe principalmente a las operaciones inmobiliarias gravadas por el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales (ITP), que en Baleares tiene unos tipos que van desde el 8% hasta el 13%.

Informe pide reducir la autonomía tributaria

El informe de la Fundación Alternativas sugiere disminuir la autonomía tributaria de las que disponen actualmente las regiones para asegurar un sistema más igualitario que garantice unos recursos similares independientemente del lugar de residencia. Para ello, insiste, es necesario establecer una tributación mínima en impuestos como patrimonio y sucesiones con el objetivo de poner fin a la carrera a la baja entre territorios.

De momento, esta disparidad no parece reflejarse en el IRPF, ya que los incrementos y pérdidas de recaudación derivados de esta autonomía se mueven "en un margen razonable".