El sector asegurador se prepara para afrontar la catástrofe natural más costosa de la historia de España

La catástrofe que asoló Valencia y otras provincias del Levante español el martes pasado se encamina a convertirse en el desastre natural más oneroso en la historia del país. La industria aseguradora anticipa pérdidas sin precedentes debido al impacto en infraestructura, industria, centros comerciales y logísticos, cultivos, viviendas, vehículos de carga y automóviles.

Compañías como Mapfre, Mutua Madrileña, Línea Directa, Occident, Generali y Zúrich Seguros están desplegando equipos para asistir a los damnificados. El aluvión de llamadas ha saturado las líneas telefónicas de atención en varias ocasiones.

El Consorcio de Compensación de Seguros (CCS), un organismo público que financia con recargos en las pólizas convencionales, desempeñará un rol crucial en la cobertura de los daños. El CCS compensa los perjuicios ocasionados por catástrofes naturales, incluyendo lluvias torrenciales, huracanes y erupciones volcánicas.

Su cobertura abarca tanto viviendas como vehículos afectados por inundaciones, siempre que estén asegurados. No es necesario contar con una póliza integral o específica para estos riesgos. Basta con tener un seguro básico de hogar o automóvil y estar al día con los pagos. Incluso los seguros de autos a terceros cubren los daños por inundaciones.

El CCS también indemnizará a comerciantes afectados, agricultores con pérdidas de árboles frutales y empresas que deban cerrar temporalmente. La cobertura específica dependerá de las condiciones estipuladas en la póliza de cada asegurado.

En caso de fallecimiento, el CCS indemnizará a los beneficiarios de los seguros de vida.

Los veteranos del sector advierten de pérdidas inéditas

El CCS cuenta con expertos en valoración de siniestros catastróficos. Su informe anual recoge los principales desastres naturales que han requerido indemnizaciones significativas. El informe de 2023 incluye 85 eventos, entre ellos la gota fría de Valencia y Murcia de 1987, el ciclón Klaus de 2009 y el terremoto de Lorca de 2011.

Hasta ahora, las inundaciones de Vizcaya de 1983 ocupaban el primer lugar en cuanto a pérdidas económicas. Esta tragedia, que afectó a Bilbao y municipios aledaños, provocó 34 muertes e indemnizaciones por 977 millones de euros (ajustados por inflación).

Pilar González de Frutos, exsubdirectora técnica de operaciones del CCS y exdirectora general de Seguros, considera que el impacto de la catástrofe de Valencia puede ser aún mayor que el de Bilbao debido a la mayor concentración de población y riqueza en la zona.

El periodista Íñigo de Barrón, testigo de las inundaciones de Vizcaya, recuerda escenas dantescas: "Hubo corrimientos de tierra que sepultaron casas y ganado flotando por la ría del Nervión que terminó contaminando las playas".

Pérdidas multiplican por cinco a las cubiertas por el CCS

Las aseguradoras de automóviles prevén que la catástrofe de Valencia será la más costosa de la historia. Los daños cubiertos por el CCS y las aseguradoras serán sustanciales debido al aumento en el número de vehículos y la mayor penetración del seguro de hogar, que era minoritario en los años 80.

El CCS también cubría en aquel entonces los daños a vehículos con cobertura a terceros, lo que amplió la cobertura.

Las indemnizaciones del CCS por la DANA de 2019 en el Levante, que causó seis muertes, ascendieron a 478 millones de euros. Sin embargo, el costo total de los daños, incluyendo infraestructura, empresas y mobiliario urbano, alcanzó los 2.270 millones de euros según cálculos del Gobierno español para solicitar ayudas de la Unión Europea.

Los veteranos del sector también recuerdan la gran riada de Valencia de 1957, que desbordó el río Turia y causó 87 muertes.

Fuentes del CCS declinaron hacer valoraciones por ahora debido a las zonas aún inaccesibles y al desplazamiento de la tormenta a otras provincias. Destacaron la colaboración público-privada y el modelo del organismo, replicado en otros países.