La escasez de viviendas, un problema que se agrava día a día en España, afecta especialmente a los jóvenes. A pesar del prometedor panorama económico, respaldado por las previsiones favorables del FMI, esta situación no parece tener una solución fácil.

Causas de la escasez de viviendas

El FMI advierte que la escasez de viviendas, además de ser un grave problema social, puede obstaculizar la movilidad laboral y la atracción de talento. Esto es especialmente perjudicial para el modelo productivo español, que depende en gran medida de la incorporación de mano de obra. Además, el encarecimiento de la vivienda contribuye a la inflación al repercutir en los costes de producción y en las demandas salariales.

El principal cuello de botella es la falta de oferta: en los últimos años, se ha construido menos de la mitad de lo necesario para satisfacer la demanda derivada del crecimiento de la población, lo que ha generado un déficit creciente. El diagnóstico, sin embargo, plantea varias cuestiones clave.

En primer lugar, contrariamente a lo que se afirma, la escasez de construcción residencial no se debe a la escasez de suelo urbano: éste abunda en España, un país con baja densidad de población. La prueba de ello es que, tras el desplome posterior a la crisis financiera, el precio del suelo se mantiene bajo, a pesar de que su desarrollo como inversión inmobiliaria sería rentable. La creciente brecha entre el precio del suelo y el de venta de viviendas nuevas indica que el mercado, por sí solo, no resolverá la escasez.

Medidas necesarias para abordar la escasez de viviendas

Para desbloquear la construcción aprovechando el suelo disponible, es necesario aportar seguridad jurídica a los promotores, especialmente en lo que respecta a la lentitud de los trámites administrativos y al periodo de impugnación. El destino de la inversión también es crucial, ya que la demanda procede principalmente del segmento del alquiler, que es el más relevante para la movilidad y la emancipación de los jóvenes. Por tanto, la puesta en el mercado libre de viviendas en propiedad no aliviará esta demanda insatisfecha.

Otro imponderable, según el sector, es la incertidumbre sobre los costes de construcción y la disponibilidad de mano de obra. Los programas de formación para desempleados y la mejora de las condiciones laborales podrían ayudar a mitigar la percepción de escasez. Sin embargo, la anticipación de una espiral de costes de producción y la demora en las iniciativas de apoyo al sector sólo pueden retrasar el inicio del ciclo de construcción.

Urgencia de un plan

Cuanto más se intensifica la escasez de oferta, más difícil es su solución. Por ello, es urgente un plan que aborde los diferentes obstáculos a la inversión, ya que las medidas de bajada de tipos de interés y de apoyo a la demanda suelen ser poco eficaces para frenar la escalada de precios y el déficit de viviendas asequibles.