El auge de los desarrollos verticales en Monterrey y su Zona Metropolitana continúa imparable, con un aumento de proyectos de hasta cinco veces en la última década. La metrópoli cuenta actualmente con 39 desarrollos en curso, distribuidos en más de 594 mil metros cuadrados. Esta proliferación de edificios responde a la creciente demanda de vivienda moderna en ubicaciones céntricas y estratégicas, como San Pedro Garza García y Paseo Santa Lucía.

Factores impulsores del crecimiento vertical

El crecimiento vertical en Monterrey es impulsado por varios factores, entre los que destacan:

  • Escasez de suelo urbano: La falta de terrenos disponibles obliga a aprovechar al máximo el espacio disponible en las zonas urbanas.
  • Preferencias de la población: La población joven y profesional prefiere vivir en ubicaciones estratégicas, cercanas a centros de trabajo y servicios.
  • Nearshoring: La llegada de empresas multinacionales a Nuevo León ha aumentado la demanda de vivienda entre profesionales que buscan residir cerca de sus lugares de trabajo.

Beneficios y desafíos del crecimiento vertical

El crecimiento vertical ofrece varios beneficios, como:

  • Mayor densidad poblacional, lo que reduce los costos de infraestructura.
  • Menor consumo de suelo, lo que preserva las áreas verdes.
  • Aumento del valor de las propiedades, lo que beneficia a los inversionistas.

Sin embargo, también presenta desafíos:

  • Movilidad urbana: El aumento de la densidad poblacional puede generar problemas de tráfico y congestión.
  • Presión sobre los servicios públicos: Los nuevos desarrollos requieren una mayor demanda de agua, electricidad y otros servicios.
  • Segmentación del acceso a la vivienda: Los desarrollos verticales suelen ser más costosos, lo que puede dificultar el acceso a la vivienda para sectores de ingresos más bajos.

Recomendaciones para un crecimiento sostenible

Para abordar los desafíos del crecimiento vertical, es necesario adoptar estrategias que permitan un desarrollo inclusivo y sostenible:

  • Planificación adecuada: Se requiere una planificación urbana integral que aborde los problemas de movilidad y servicios públicos.
  • Estrategias sustentables: Los nuevos desarrollos deben incorporar medidas para minimizar su impacto ambiental.
  • Colaboración público-privada: Es esencial que el sector público y privado trabajen juntos para establecer un marco regulatorio claro y garantizar una distribución equitativa de los beneficios del crecimiento urbano.

Siguiendo estas recomendaciones, Monterrey puede consolidarse como un modelo de desarrollo urbano sostenible en México y América Latina.