Repsol y EVE se alían para impulsar la movilidad impulsada por hidrógeno
Repsol y la sociedad pública Ente Vasco de la Energía (EVE) del Gobierno vasco han dado un paso más en su alianza empresarial para impulsar la movilidad impulsada por hidrógeno en Euskadi.
El próximo 31 de mayo, EVE constituirá la compañía EVsare, con sede en el Parque Tecnológico de Abanto-Zierbena, en Bizkaia. Ibil, la empresa participada al 50% por Repsol y EVE, traspasará a esta nueva sociedad todos sus activos relacionados con el coche eléctrico.
En una segunda fase, Repsol adquirirá el 100% de EVsare. Tras estas operaciones, Ibil orientará sus desarrollos futuros a la citada movilidad por hidrógeno, contando con Repsol como socio al 50%.
Referente en el vehículo eléctrico
En la última década, Ibil ha creado un ecosistema tecnológico en torno al vehículo impulsado por baterías, en el que participan proveedores de componentes y de tecnología, así como fabricantes de puntos de recarga y suministradores de servicios relacionados con este ámbito.
Desde EVE destacan que ya han contribuido al impulso del coche eléctrico y a las tecnologías de recarga inteligente, unos ámbitos que ahora pasan, en Euskadi y desde el sector público, a Repsol.
Apuesta por el hidrógeno
Repsol, a través de su filial Petronor con refinería en Muskiz (Bizkaia), es uno de los grupos que traccionan el Corredor Vasco del Hidrógeno (BH2C), en el que participan más de 70 organizaciones públicas y privadas para ayudar a la descarbonización de la economía de Euskadi.
Repsol ya ha puesto en marcha en Muskiz un primer electrolizador de 2,5 MW de capacidad para la producción de hidrógeno por generación renovable y tras una inversión de 11 millones de euros. A medio plazo llegará un segundo equipo de 10 MW, así como una fábrica a pequeña escala de combustibles sintéticos.
Estos dos últimos proyectos suponen una inversión de 103 millones de euros. Pero hasta que no se aclare la normativa relacionada con estas inversiones, Repsol ha paralizado otros dos proyectos de mayor cuantía: un electrolizador de 100 MW, que supondría una inversión de 200 millones de euros, y la puesta en marcha de una mega factoría de combustibles sintéticos.