Más de 300 trabajadores del Hospital Universitario de Torrejón de Ardoz están levantando la voz contra lo que describen como condiciones laborales precarias. La protesta, que tuvo lugar frente a las instalaciones del hospital, está poniendo de manifiesto una creciente tensión entre el personal sanitario y la dirección, gestionada por Ribera Salud.
Precariedad laboral y la imagen del hospital
Según los manifestantes, la empresa se está preocupando más por mantener una imagen pública impecable que por el bienestar de sus empleados. «Si la empresa cuidara a los trabajadores como cuida su imagen, estaríamos muy bien», expresó una manifestante a través de un altavoz, animando a la multitud a seguir con la protesta.
Incluso, según informaciones del diario El País (Gutiérrez, 2025), la directiva del hospital habría intentado ocultar la protesta cubriendo el nombre del hospital en la entrada y enviando empleados a realizar trabajos de mantenimiento para evitar que los manifestantes se ubicaran en ciertas áreas. Los trabajadores denuncian que se les prohíbe tener botellas de agua sobre las mesas o chaquetas en las sillas «para no afear la estética del centro», medidas que consideran que buscan encubrir la precariedad laboral.
Un hospital referente en maternidad
El Hospital de Torrejón es conocido por su popular servicio de maternidad, atrayendo a familias incluso de fuera de la Comunidad de Madrid. Según datos de 2023, es el quinto centro con mayor número de partos en la región, con 2.024 nacimientos en sus 250 camas. Además, según su sitio web, unidades como mamografía 3D, ictus, cirugía de próstata y cardiología son referentes en la zona.
El hospital, que atiende a los residentes de Ajalvir, Daganzo, Fresno de Torote, Torrejón de Ardoz y Ribatejada, también recibe pagos adicionales de la Comunidad de Madrid por atender a pacientes de fuera de su área, lo que explicaría el especial interés en mantener una buena imagen, según fuentes internas.
Éxodo de profesionales y deterioro del servicio
El cirujano digestivo Enrique Esteban denuncia la pérdida de trabajadores experimentados en áreas críticas como la UCI, Anestesiología, Endocrinología y la unidad del dolor. Según Esteban, quien fue citado por El País (Gutiérrez, 2025), la atención se ha deteriorado en los últimos dos años debido a un cambio en la gerencia, que ahora tiene un estilo «muy irrespetuoso» con los trabajadores. «Hemos perdido a un montón de profesionales históricos que ayudaban a que la calidad de la atención fuera muy alta. Han conseguido hartar a los trabajadores y dinamitar el servicio», afirmó Esteban.
Además, a pesar del aumento en la demanda, la plantilla se está reduciendo. Datos de la Comunidad de Madrid muestran un incremento del 55% en las citas de pacientes de fuera del área entre 2022 y 2023 (de 15.677 a 24.377), mientras que la plantilla médica y de enfermería ha disminuido.
Condiciones laborales insostenibles
Tania García, presidenta del Comité de Empresa y portavoz del sindicato Satse Madrid, está subrayando que más del 50% de la plantilla de enfermeras son de nuevo ingreso. En el último año y medio, 29 enfermeras de una plantilla de 42 han abandonado el servicio de urgencias. El hospital, según denuncian, está recurriendo cada vez más a personal mercantil, contratado por corto tiempo a través de aplicaciones como Livo. Virginia Romero, enfermera de Urgencias, está explicando que la rotación constante de personal dificulta la prestación de servicios, ya que cada nuevo empleado necesita formación desde cero.
- Más del 50% de la plantilla de enfermeras son de nuevo ingreso.
- 29 enfermeras han abandonado el servicio de urgencias en el último año y medio.
- El hospital está recurriendo a personal mercantil contratado por corto tiempo.
Descontento generalizado y fuga de talento
Varias enfermeras están confirmando que preferirían ser despedidas para recibir una compensación económica que les permita buscar otro trabajo. «La empresa no quiere pagar, así que prefiere tratarnos peor para que renunciemos nosotras, sobre todo las más antiguas, que somos las que ponemos límites», reveló una de ellas, bajo anonimato por temor a represalias.
La directiva del hospital, según los testimonios recogidos, prohibió a los trabajadores portar pegatinas alusivas a las demandas o asomarse a las ventanas durante la protesta. Yaiza Fernández, ginecóloga y delegada de Amyts, está asegurando que los trabajadores se sienten «muy poco cuidados» en comparación con sus compañeros del Sermas, señalando la desventaja que enfrentan al aplicar a las OPE (Ofertas Públicas de Empleo).
Los pacientes también están mostrando su descontento. Mari Carmen Velasco, vecina de Torrejón, fue a la concentración para apoyar a los médicos y denunciar la larga espera para ser atendida en la Unidad del Dolor. «Hace dos días también me atendió un cirujano que me mandó a hacerme un TAC, pero me alertó de que podrían tardar meses en llamarme», contó Velasco.
La protesta en el Hospital de Torrejón está poniendo de manifiesto una crisis profunda en el sistema sanitario, donde la precariedad laboral y la falta de recursos están afectando tanto a los profesionales como a la calidad de la atención al paciente.