El auge de los unipersonales: la relación ancestral entre el actor y el público

Los unipersonales están ganando popularidad en el mundo del teatro, ofreciendo una experiencia íntima y conmovedora entre el actor y el público. Estas obras presentan a un solo intérprete que encarna todos los personajes de la historia, creando una relación única y cautivadora.

La génesis de una obra

Francisco Estrada, autor y director de la obra "La era del olvido", explica que su inspiración proviene de su experiencia en el mundo político. Esta obra unipersonal, que se estrenará el 18 de enero en el Camarín de las Musas, explora la relación padre-hijo y las tensiones entre la herencia y la identidad.

Temas y personajes

El personaje principal de "La era del olvido" es un político que espera ser confirmado en un cargo importante. Mientras espera, dialoga con su padre muerto, confrontándolo con su logro, ya que su padre nunca creyó en él. A través de este diálogo, el personaje explora temas de ambición, resentimiento y el amor no correspondido.

La fuerza del unipersonal

Según Estrada, los unipersonales intensifican la teatralidad y requieren un público activo. A diferencia de las obras con múltiples personajes y decorados, los unipersonales se basan en la economía de recursos, lo que exige la atención y el compromiso del público. Sin embargo, esta limitación también crea una intensa relación entre el actor y el espectador.

El papel del público

En los unipersonales, el público desempeña un papel crucial. Al aceptar las convenciones teatrales, se convierten en cómplices de la historia. Su atención y su compromiso contribuyen a la energía y la emoción de la representación.

El unipersonal "La era del olvido" es un testimonio de la fuerza y la vitalidad del teatro contemporáneo. Explora temas universales de relaciones humanas y ambiciones políticas, creando una experiencia teatral íntima y conmovedora.