El cuadro de Diego Rivera, un legado familiar
El cuadro de Diego Rivera que la actriz Silvia Pinal encargó en 1956 ha quedado en manos de sus tres hijos: Alejandra Guzmán, Sylvia Pasquel y Luis Enrique Guzmán, según se dio a conocer en la lectura del testamento de la diva mexicana.
Una obra de arte invaluable
El cuadro, que muestra a Silvia Pinal con un vestido rojo diseñado por Tao Itzé, está valorado en más de 58 millones de pesos (unos 3 millones de dólares), según los expertos.
Además de su valor económico, la obra tiene un gran significado sentimental para la familia Pinal, ya que fue un obsequio de Diego Rivera a la actriz por su talento y belleza.
Un destino familiar
En el testamento, Silvia Pinal dispuso que el cuadro no fuera donado a un museo, como se había especulado, sino que permaneciera en la familia.
Los hijos de la actriz han expresado su alegría por heredar esta valiosa obra de arte y han asegurado que la conservarán con mucho cariño.
Otros bienes heredados
Además del cuadro de Diego Rivera, Silvia Pinal también legó a sus hijos su casa del Pedregal, ubicada en la Ciudad de México, así como sus joyas y artículos de arte.
La casa del Pedregal, construida en la década de los años 50, es una de las propiedades más valiosas de la familia Pinal y ha sido el hogar de la actriz durante gran parte de su vida.
Las joyas y artículos de arte de Silvia Pinal son también de gran valor económico y sentimental, y reflejan el buen gusto y la elegancia de la actriz.
El legado de Silvia Pinal no solo incluye sus bienes materiales, sino también su talento, su belleza y su espíritu inquebrantable, que han dejado una huella imborrable en el mundo del espectáculo y en la cultura mexicana.