¡Hola! la revista española más blanca y amable cumple 80 años
El 8 de septiembre de 1944, en medio de la hambruna, las cartillas de racionamiento y la miseria del franquismo, el periodista Antonio Sánchez Gómez y su mujer, Mercedes Junco Calderón, lanzaron su “semanario de amenidades” en Barcelona.
El comienzo de la aventura
El sonriente globo terráqueo de la O de ¡Hola! de la cabecera y la idílica imagen elegida para esa primera portada —la ilustración de una elegante dama disfrutando de un día de playa— dejaban bien claro cuál sería la línea editorial de la publicación del matrimonio Sánchez Junco: solo noticias amenas y entretenidas, nada que fuera pesado, profundo o deprimente. Incluso las muertes serían narradas positivamente, más en un tono conmemorativo que de triste lamento.
Adaptación y posicionamiento en el mercado
En los años cincuenta, la revista atiborró a los hambrientos lectores españoles con imágenes de glamurosas diosas del Hollywood dorado, con estrellas nacionales como Lola Flores, Dominguín y Lucía Bosé, y con cabezas coronadas de reinos exóticos como el sha de Persia y Faruq de Egipto. A falta de la Familia Real española, que entonces vivía en el exilio y estaba vetada por el régimen, el semanario se esmeró en retratar la aparente cara amable de los Franco —el dictador como un “abuelo feliz”, rodeado de sus nietos; el dictador disfrutando de una cacería o de un día de pesca— y en narrar el incipiente aperturismo de esa España paupérrima.
Unos años después, con el bum del franquismo desarrollista y el llamado “milagro económico español”, sus páginas se llenaron de fotos a color y de grandes acontecimientos internacionales como la boda de Grace Kelly y Raniero de Mónaco, en 1956, o la de Fabiola de Mora y Aragón y Balduino de Bélgica, en 1960, fastos que dispararon las ventas.
Adaptación: la Familia Real y la política
Tras la muerte de Franco, la revista reemplazó definitivamente a la familia del dictador por la Familia Real. El número extraordinario de la proclamación de Juan Carlos I, en noviembre de 1975, vendió un millón de ejemplares. En los meses siguientes, ¡Hola! dedicó una decena de portadas al nuevo monarca y su esposa. Los amplios fotorreportajes de la pareja vestida de mineros en Asturias o esquiando en Baqueira ayudaron a consolidar su imagen y popularidad.
Adolfo Suárez fue el primer político que comprendió el poder de ¡Hola!. El 11 de junio de 1977, en vísperas de las primeras elecciones generales libres desde 1936, posó con su familia en exclusiva para la revista. El líder de UCD no lo hizo solo para ganar el voto de las amas de casa, sino también para desmentir veladamente los rumores sobre la naturaleza de su relación con su jefa de gabinete, la aristócrata Carmen Díez de Rivera.
Exclusivas y personajes
Antonio Sánchez supo ver antes que nadie el filón de las exclusivas. Fue el primero que puso precio a la vida de un bebé famoso —el hijo de Massiel, en junio 1977— y a una boda de famosos —la de Jimmy Gimenez-Arnau y María del Mar Martínez-Bordiú, en agosto de ese mismo año—. Julio Iglesias e Isabel Preysler enviaron en primicia una escueta nota a ¡Hola! para anunciar su separación, en el verano de 1978, y así quedó inaugurada otra vía de comunicación entre los personajes y la prensa, la de los comunicados.
Las celebridades solo querían hablar con ¡Hola! porque sus editores eran enemigos de la opinión. Y lo siguen siendo. ¡Hola! nunca tiene una palabra fea sobre nadie, nunca ahonda en los temas escabrosos. A fuerza de esa aparente superficialidad y a golpe de talonario, ¡Hola! se consolidó como la revista de cabecera de los ricos, la farándula y los políticos.
El éxito internacional de ¡Hola!
Ni los Windsor se resistieron a los cheques de Hello!, la versión inglesa. Hoy ya hay tres generaciones de famosos a ambos lados del Canal de la Mancha que viven de las exclusivas y de mercadear con su intimidad.
Adaptación digital e Internet
Eduardo Sánchez Junco falleció en 2010, el mismo año en que irrumpió Instagram en nuestros teléfonos móviles. Desde entonces, su hijo, Eduardo Sánchez Pérez, la tercera generación, pilota un imperio con más de 20 ediciones en los seis continentes, 10 millones de lectores semanales y más de 50 millones de visitantes digitales cada mes.
Los nuevos tiempos son difíciles para el papel cuché. Los influencers y las estrellas de los reality shows ya no necesitan de la prensa para hacer caja con sus vidas. Pero ni la crisis de personajes, ni la caída de ventas y de publicidad han cambiado los valores de ¡Hola!. La familia Sánchez sigue apostando por la “espuma de la vida”, noticias amenas, ligeras y entretenidas. También siguen sin juzgar los valores y comportamientos de los personajes que aparecen cada semana. Para eso ya están los lectores.