"La última noche en Tremor": un irregular y a ratos inquietante 'thriller' psicológico

La adaptación del éxito de ventas de Mikel Santiago tiene lo mejor del género en el audiovisual, pero peca de una narrativa demasiado explícita y a veces obvia.

Un músico en crisis y un pueblo misterioso

En La última noche en Tremor, el músico Álex de la Fuente (Javier Rey) vive su particular infierno: divorcio traumático y bloqueo creativo después de haber tocado la gloria. Su refugio en la costa cantábrica, en la localidad que da nombre a la serie, no le saca de la miseria, pero todo empeora el día en que un rayo lo alcanza tras una tormenta y empieza a tener visiones mesiánicas, ataques de pánico y problemas de sonambulismo.

Pronto sabemos que todo eso viene de lejos. La casa, además, está aislada, sin internet y sin teléfono: solo se relaciona con los vecinos de la playa de al lado (Leo y María, encarnados por Willy Toledo y Pilar Castro) y con la joven que trabaja en la pensión del pueblo (Judy Garmendia, interpretada por Ana Polvorosa) con la que tiene una relación.

Un pasado que atormenta

Ingredientes perfectos para que se desencadene el desastre, a lo que se suma la presencia de sus hijos, que llegan desde Ámsterdam para complicarlo todo un poco. Al contrario de lo que se podría pensar al ser la adaptación de un thriller a estas alturas del negocio, la serie se lo toma con relativa calma, aprovecha el campo que tiene por delante (8 capítulos de más de una hora de duración), va poniendo las piezas una a una, juega con el espectador, crea el ambiente con mucha noche, lluvia, paisajes espectaculares y la banda sonora de Fernando Velázquez (Goya en 2017 por Un monstruo viene a verme) que acompaña a De la Fuente en sus salidas, sospechas, idas y venidas entre distintos planos de realidad, sueño y vigilia.

Como ocurría con el libro del que viene (La última noche en Tremor Beach, de Mikel Santiago), es al lector/espectador a quien le toca elegir versión, explicar lo que ocurre de una manera u otra.

Así lo veía Rey en una entrevista reciente: “El espectador, de alguna manera, dependiendo de cómo sea su situación o cómo tenga gente más o menos [afectada por] el tema este que estamos hablando, se va a ver reflejada o no de una manera”. A esto ayuda mucho la construcción del personaje de Álex como narrador no confiable, una figura en boga en el género que tiene sus riesgos.

Un desenlace impactante

A partir de ahí, 90 minutos finales de adrenalina, gritos y giros. Puro thriller. Y que cada uno se quede con la versión que más le guste.

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