El auge de las estafas erosiona la confianza en la tecnología y afecta a las compras online

Los españoles cada vez desconfían más de lo que ven en Internet, y esta desconfianza generalizada está afectando a las decisiones sobre compras online. Así lo concluye el último informe elaborado por la consultora Accenture, que encuestó en julio de 2024 a 24.000 consumidores para identificar las macrotendencias del consumo.

El incremento de los fraudes y la desconfianza en la tecnología

La compañía destaca que el aumento de los fraudes —un 42% de los españoles ha sido víctima de ataques de deep-fake o estafas en el último año—, así como la voluntad de los consumidores de alejarse de las tecnologías, está afectando a las ventas en Internet. La firma anima a las empresas a ser más fiables en sus comunicaciones, ventas y productos para recuperar la confianza de sus clientes.

Dificultades para diferenciar contenidos auténticos y falsos

En concreto, el estudio señala que un 48% de las personas cuestiona la autenticidad del contenido online y considera difícil diferenciar el contenido producido por una persona con credenciales relevantes de lo generado por Inteligencia Artificial. Asimismo, el 62% de los encuestados afirma que la confianza es uno de los factores más importantes a la hora de interactuar con una marca.

La preocupación de los padres por el uso de las tecnologías por parte de los menores

El director general de Accenture Song, Beltrán García-Durán, ha asegurado durante la presentación del informe: "Las personas se están volviendo más críticas con lo que ven y se creen, y este cambio tiene un coste: influye en cómo los consumidores se relacionan con las compañías que compiten por tener su atención".

Así lo demuestra la reciente aprobación de una ley para prohibir el acceso de los menores de 16 años a las redes sociales en Australia, con lo que los padres se enfrentan al desafío de construir una relación más saludable con la tecnología.

El estudio revela que los padres sienten más preocupación hacia las tecnologías, ya que son testigos de cómo el acceso sin restricciones a Internet expone a sus hijos a riesgos. Accenture revela que las personas entre 18 y 24 años tienen más del doble de probabilidades que los mayores de 55 años de que las redes sociales afecten a su identidad (56% contra 23%), un dato que se transforma en el triple en España (44% contra un 14%).

Además, alrededor de dos tercios de la generación Z y los millenials admiten pasar más tiempo en línea del que les gustaría.

El deseo de reconectar con la naturaleza y las experiencias reales

La disposición de las personas a reequilibrar sus comportamientos y limitar la presencia de las tecnologías en su vida es otro de los elementos que afecta a las ventas online. El informe destaca que "existe un renovado deseo de reconectar con la naturaleza y con los demás, y que se busca cada vez más un mejor equilibrio entre el uso de la tecnología y tener momentos de bienestar".

El 42% de los consumidores encuestados indica que la mejor experiencia que tuvieron la semana anterior fue en la "vida real", una cifra que sube al 62% en el caso español. Este cambio representa una "oportunidad para que las organizaciones redefinan su papel y respondan al creciente deseo de las personas de vivir experiencias más auténticas e inmersivas", ha recalcado Beltrán García-Durán durante el evento.

Recomendaciones para recuperar la confianza de los clientes

Accenture agrega a su informe una serie de recomendaciones para que las firmas puedan "reconquistar la confianza de sus clientes". Entre ellas, la consultora destaca la importancia para las empresas de invertir en la modernización de las cadenas de valor de moderación de contenidos, e incide en la necesidad de comunicar métodos para que los clientes puedan verificar la autenticidad de los productos, mediante la creación de "balizas de confianza" en los productos, es decir, etiquetándolos para certificar la calidad de los artículos.

En cuanto a la adaptación del contenido a los menores de edad, Accenture considera crucial que las empresas elaboren una estrategia menos dependiente de los medios digitales. Si se imponen límites a las aplicaciones y dispositivos móviles, como la reciente elevación de la edad legal para tener redes sociales en España desde junio, las marcas tendrán que rediseñar o crear servicios que no dependan de los smartphones y buscar formas no digitales de conectar de forma auténtica con los clientes.

Una de las posibilidades es desarrollar eventos o incluso modelos de negocio centrados en el deseo de la gente de salir al aire libre.