Regresa el protagonismo de Los Ángeles en el sector aeroespacial

La industria aeronáutica de Los Ángeles está experimentando un resurgimiento notable, semejante a la prosperidad vivida tras la Segunda Guerra Mundial. El auge de startups aeroespaciales está impulsando la innovación y el crecimiento en toda la ciudad.

El liderazgo de SpaceX en medio de contratiempos recientes

Entre los nombres destacados del sector se encuentra SpaceX, dirigida por el polémico Elon Musk. Fundada con la misión de reducir costos de exploración espacial y colonizar Marte, SpaceX ha cosechado éxitos en las últimas décadas gracias a contratos con la NASA.

Aún así, SpaceX ha enfrentado reveses recientes. El pasado 12 de julio, por primera vez desde 2016, un cohete Falcon 9 falló y se desintegró aproximadamente una hora después del despegue desde la base Vandenberg en California. La Administración Federal de Aviación (FAA) ha suspendido los lanzamientos de Falcon 9 hasta que SpaceX complete una investigación sobre las causas del incidente.

La preocupación por la basura espacial y los incidentes aéreos

Este percance ha generado inquietudes sobre la basura espacial. Los restos del cohete, junto con los 20 satélites Starlink que transportaba, están en una órbita baja y se espera que caigan a la Tierra y se desintegren pronto.

La acumulación de basura espacial es un problema creciente, ya que los fragmentos no quemados al entrar en la atmósfera representan un riesgo potencial. En los últimos años, se han puesto más objetos en órbita que en toda la historia de la exploración espacial.

También hay preocupación por la seguridad aérea en Estados Unidos. Además de los problemas con los aviones Boeing, se han reportado incidentes en torres de control. Recientemente, un Boeing 757-200 de United Airlines perdió una rueda durante el despegue en Los Ángeles, lo que obligó a un aterrizaje de emergencia en Denver. En marzo, una rueda de avión cayó sobre un automóvil estacionado en San Francisco.

Estos incidentes subrayan la necesidad de mejorar la infraestructura y la seguridad del espacio aéreo estadounidense, un tema que ha quedado relegado a un segundo plano en el debate político centrado en la edad y los ataques personales entre candidatos presidenciales.