La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición alerta por encurtidos no aptos para el consumo

La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan), dependiente del Ministerio de Asuntos Sociales, Consumo y Agenda 2030, ha emitido una recomendación generalizada para que el público se abstenga de consumir los encurtidos de la marca Corbí, tras detectar ingredientes no aptos para el consumo en varios formatos de sus productos.

La alerta se ha extendido a todas las comunidades autónomas, aunque la distribución inicial se realizó en Cataluña, Comunidad Valenciana, Cantabria, Madrid, Andalucía, Islas Baleares, Murcia, Extremadura y Castilla-La Mancha.

Productos afectados

  • Cóctel de aceitunas (formatos: 9 kg, 4,5 kg, 2,25 kg, 2,4 kg, 600 g, 500 g, 400 g y 250 g)
  • Aceitunas partidas Jaén (formatos: 9 kg)
  • Piparras dulces en aceite de oliva (formatos: 1,6 Kg y 220 g)

Todos los lotes y fechas de consumo preferente de estos productos están afectados.

Recomendaciones

Aesan recomienda a las personas que tengan en su domicilio estos productos que se abstengan de consumirlos y los devuelvan al punto de venta.

La agencia también ha trasladado la información a las autoridades de las comunidades autónomas para que verifiquen la retirada de los productos afectados de los canales de comercialización.

Causas de las alertas alimentarias

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) señala que muchos de los problemas de seguridad alimentaria en la Unión Europea no están relacionados con patógenos o problemas biológicos, sino con fallos en el etiquetado o la documentación.

Según la OCU, los alimentos con más problemas son los suplementos o productos dietéticos, seguidos de las frutas y verduras. Los huevos y sus derivados ocupan el puesto 25 en el ranking de alertas.

Las principales causas de las alertas son los fallos en el etiquetado (ingredientes no declarados, presencia de alérgenos no anunciados, sustitución de especies, etc.) y la presencia de sustancias farmacológicamente activas no declaradas en los suplementos.

También son habituales los problemas con la documentación o las autorizaciones para la comercialización, así como los fallos en los procesos o tratamientos.

Sin embargo, la OCU advierte que el mayor riesgo para la salud pública proviene de los riesgos biológicos.