Consumo de carne: la evidencia científica que respalda las recomendaciones actuales
El consumo de carne roja y, sobre todo, el de carne procesada se ha relacionado con un mayor riesgo de diversas enfermedades, especialmente las cardiometabólicas, como la diabetes tipo 2. Sin embargo, en general, no somos conscientes de la escasa cantidad que se necesita para aumentar significativamente dicho riesgo.
Ahora, un nuevo estudio llevado a cabo por la Universidad de Cambridge y publicado en la revista "The Lancet Diabetes & Endocrinology" ha profundizado en el asunto, concretamente en la relación entre carne procesada y diabetes: tan solo dos lonchas de jamón cocido o jamón York serían suficientes para aumentar el riesgo.
Carne procesada y diabetes: un vínculo estrecho
El estudio, realizado con datos de 1,97 millones de adultos de 20 países diferentes, respalda las actuales recomendaciones de limitar el consumo de carne roja y procesada. Según los hallazgos, un consumo diario habitual de apenas 50 gramos de carne procesada (dos lonchas de jamón cocido) ya se asociaría con un 15% más de riesgo de sufrir diabetes tipo 2 en los siguientes 10 años.
Por su parte, consumir 100 gramos de carne roja no procesada al día (un filete pequeño) se asociaría con un 10% más de riesgo de sufrir la enfermedad.
Consumo moderado y dieta equilibrada
Aunque el estudio es observacional y no puede demostrar una causalidad directa, sus resultados son consistentes con las recomendaciones nutricionales actuales y con cientos de trabajos de investigación previos. La gran cantidad de población analizada respalda aún más estas recomendaciones.
Así pues, el mensaje general sigue siendo el de las últimas recomendaciones: moderar el consumo de carne, priorizando carne blanca y carne magra, y aumentar el consumo de frutas, verduras, frutos secos, semillas y legumbres. Y mantener siempre un nivel adecuado y constante de actividad física, tanto aeróbica como de ejercicios de fuerza.
Actualmente, organismos como la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) aconsejan el consumo de 3 raciones de carne a la semana, priorizando carnes magras y carne de ave y minimizando la carne procesada, lo que equivaldría a unos 300 gramos semanales de carne, priorizando la carne blanca y evitando tanto la carne roja como la procesada.