Pablo Quiroga y Bernabé González Piñeiro, detenidos como líderes de una red de narcotráfico

La Guardia Civil ha desarticulado una de las redes de narcotráfico más activas de España con la detención de Pablo Quiroga, de 43 años, y Bernabé González Piñeiro, de 47, considerados los principales capos de la actual generación del narcotráfico gallego. Junto a ellos, han caído otras 18 personas, la mayoría en la comarca de O Salnés, en la ría de Arousa (Pontevedra).

Detención en el aeropuerto de Barcelona

La investigación ha permitido constatar el papel que supuestamente jugaba cada uno. Fuentes del instituto armado sitúan en la cima a Quiroga, que era el responsable de organizar toda la operativa marítima para traer la droga hasta España. Fue detenido el pasado lunes en el aeropuerto de Barcelona cuando estaba a punto de tomar un vuelo con destino a Tánger (Marruecos).

Operación Halia

La operación, denominada Halia en referencia a una ninfa marina de la mitología griega, se inició a comienzos de 2023 cuando la Guardia Civil recibió información recuperada por Francia de los servidores de Encrochat, un sistema de mensajería encriptada que era utilizado por los principales capos del crimen organizado de todo el mundo.

Las conversaciones recuperadas de los ahora detenidos no aportaban datos concretos de operaciones en marcha, pero confirmó que ambos debían ser catalogados como HVT [siglas en inglés de “objetivos de alto valor”].

También permitió a los agentes del Equipo contra el Crimen Organizado de la UCO en Galicia conocer parte del entramado utilizado presuntamente por su organización para introducir alijos en España.

Transportes y mercancía

Las pesquisas posteriores pusieron de manifiesto que la red seguía utilizando la vía marítima para meter en España grandes alijos de cocaína procedentes de Colombia, pero con algunas novedades. Así, en lugar de utilizar marineros veteranos y experimentados, buscaban jóvenes que no hubieran sido nunca relacionados con el narcotráfico.

A cambio de cantidades que iban desde los 300.000 euros ―en el caso de capitán― a los 100.000 euros para cada miembro de la tripulación, viajaban en veleros y catamaranes hasta el mar Caribe, donde cargaban la mercancía que les llevaban barcos nodrizas que habían partido desde las costas de Sudamérica.

Una vez la droga en España, entraba en acción una flota de vehículos con sofisticadas caletas (dobles fondos o escondrijos) que se encargaba de distribuir la droga al por mayor por las distintas provincias españolas.

Controles policiales

La investigación permitió detectar que uno de estos viajes marítimos, en el que supuestamente la organización iba a traer 4.000 kilos de cocaína, se iba a producir a comienzos de marzo. Sin embargo, la operación para intervenir el velero ya cargado con la droga se frustró porque justo antes de que recibieran el alijo, el barco fue abordado en el mar Caribe por las autoridades francesas, que desconocían que existía ya un operativo español sobre la embarcación.

Aquella actuación llevó a la trama a abortar aquel intento de introducir la partida en España y, con ello, a la Guardia Civil a reorganizar su operación.

El contratiempo no frenó las pesquisas en torno a los principales sospechosos que seguían manteniendo reuniones entre ellos en las que adoptaban “minuciosas medidas” de seguridad para evitar los seguimientos policiales, según destaca la Guardia Civil en una nota.

Víctor Ramón Dopico, el lugarteniente de confianza

Entre los detenidos se encuentra Víctor Ramón Dopico, de 49 años, el presunto hombre de confianza de ambos, al que se le intervino en su domicilio cerca de 3 millones de euros en efectivo. Seis de los arrestados, entre ellos los dos supuestos capos y su lugarteniente, han ingresado en prisión provisional por orden de la Audiencia Nacional.

La operación ha permitido además la incautación de 1,7 toneladas de hachís, 50 kilogramos de cocaína, 10 de marihuana, uno de heroína, otro de tusi o cocaína rosa, 750 gramos de MDMA, una cantidad similar de anfetamina y 10.000 pastillas de éxtasis.

Con su arresto se da además por desmantelada la supuesta trama de empresas fantasmas y testaferros utilizada para blanquear los beneficios de la droga. También se han intervenido 16 automóviles ―seis de ellos de alta gama―, una colección de 60 motocicletas de competición, cuatro relojes de la marca Rolex, tres armas de fuego, 32 terminales telefónicos encriptados y diversos dispositivos informáticos. Y se han embargado 44 cuentas corrientes y 26 inmuebles valorados en más de 10 millones de euros.