El caracol gigante africano, conocido por su gran tamaño y su capacidad de adaptación a diferentes entornos, se ha convertido en una de las especies invasoras más preocupantes del mundo. Además de representar un riesgo para la biodiversidad, este molusco puede transmitir parásitos peligrosos para los seres humanos.

Características del caracol gigante africano

El Achatina fulica es una especie de caracol terrestre originaria del este de África que puede alcanzar hasta 20 centímetros de longitud. Según el Ministerio de Salud Pública de Paraguay, se caracteriza por su caparazón cónico con bandas de color marrón oscuro y claro.

Este caracol es capaz de adaptarse rápidamente a diferentes climas y su dieta incluye más de 500 tipos de plantas, lo que lo convierte en una seria amenaza para cultivos agrícolas y ecosistemas naturales.

Riesgos para la salud humana

Uno de los mayores peligros asociados con el caracol gigante africano es su capacidad para transmitir parásitos como el Angiostrongylus cantonensis, responsable de la meningitis eosinofílica en humanos.

Según un estudio publicado en Scielo, este parásito puede ser ingerido accidentalmente a través del contacto con el caracol, ya sea por manipulación directa o por consumo de alimentos contaminados.

Presencia en Argentina y Sudamérica

En Argentina, se ha detectado la presencia de esta especie en áreas como Puerto Iguazú, Misiones. El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible advirtió que, aunque los casos están siendo monitoreados, es fundamental tomar medidas preventivas para evitar su expansión.

Otros países sudamericanos, como Paraguay y Brasil, también han reportado su aparición, lo que evidencia su capacidad invasiva.

Impacto ecológico

El caracol gigante africano no solo afecta la salud humana, sino también la biodiversidad local. Según el Sistema de Información de Biodiversidad de Argentina, este molusco compite con especies nativas por alimento y refugio, desplazándolas y alterando el equilibrio ecológico.

Además, su alta tasa de reproducción y su resistencia a condiciones adversas dificultan su control.

Medidas de prevención

Los especialistas recomiendan evitar el contacto directo con el caracol y reportar cualquier avistamiento a las autoridades locales. Se enfatiza la importancia de no manipularlos sin guantes y de desinfectar las áreas donde se encuentren.

Además, se sugiere eliminar posibles fuentes de alimento, como restos de frutas y verduras, en zonas infestadas.

¿Qué hacer si encuentra un caracol gigante africano?

Si se detecta un caracol de estas características, es crucial identificarlo correctamente. Según el Ministerio de Ambiente de Argentina, debe observarse su caparazón cónico con bandas irregulares marrones y su tamaño inusual. Una vez identificado, se debe informar a las autoridades para que gestionen su retiro y disposición adecuada.

Ante la detección de caracoles, los ciudadanos deben notificar inmediatamente al SENASA a través de su línea gratuita (0800-999-2386) y abstenerse de trasladar plantas u objetos que podrían alojar huevos o ejemplares.

Redacción Clarín

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