El Ministerio de Inclusión, Migraciones y Seguridad Social acaba de aprobar una partida extraordinaria de 49,3 millones de euros para intentar aliviar el colapso que sufre el sistema de acogida de solicitantes de asilo y refugiados.

¿Por qué se produce este colapso?

La situación ha empeorado a raíz de la guerra en Ucrania y por la llegada de decenas de miles de personas en cayuco a Canarias. A tal punto ha llegado la situación que en el mes de marzo ya se habían agotado los recursos que deberían cubrir todo el año 2024.

¿Por qué es una situación tan crítica?

En su resolución, el Ministerio de Migraciones asume que la situación es "imprescindible e improrrogable" porque la red de acogida se encuentra en su límite. En estos momentos hay 37.000 solicitantes de asilo acogidos y desde hace meses se trabaja al 99% de la capacidad. Esta ocupación, que es "extraordinariamente alta", impide cualquier tipo de reacción ante cualquier contingencia que pueda surgir y mantiene a cientos de personas esperando para poder acceder al sistema.

¿Qué se está haciendo para mejorar la sitación?

La inyección financiera que se acaba de aprobar se suma a los 666 millones de euros que ya estaban presupuestados para este fin. Con esta inversión se pretende cubrir 6.426 nuevas plazas al mes desde abril hasta octubre.

¿Las medidas mejorarán la situación?

Aunque este refuerzo económico es importante, no está claro que sea suficiente para eliminar las tensiones estructurales en el sistema de asilo español. De todas maneras sí se espera que "alivie la lista de espera y permita acoger más rápido a las personas más vulnerables (mujeres, familias y enfermos)", explican fuentes del ministerio.

¿Cuáles son las causas del colapso?

Las causas son múltiples. Por un lado, la red de acogida, dependiente de Migraciones, no da abasto. Pero además, los recursos destinados al registro y estudio de las solicitudes, que dependen del Ministerio del Interior, tampoco son suficientes. Esta situación está provocando que España encadena desde hace un lustro récords de peticiones de protección internacional y se sitúa entre los tres países de la UE con más solicitantes. Los principales países de origen de estos solicitantes son Venezuela, Colombia y los países centroamericanos.

¿Hay otras causas?

El problema no se limita a la falta de plazas. La Oficina de Asilo del Ministerio del Interior también está saturada y tarda en resolver los expedientes más de dos años. Sin esas resoluciones, no hay rotación en las plazas de acogida que, por lo tanto, quedan ocupadas en su mayoría por personas a las que finalmente no se les reconoce la protección. La precariedad del sistema de acogida lleva ocupando titulares desde el año 2019. En aquella época, decenas de familias que buscaban asilo tenían que dormir en la calle por falta de camas. En octubre de 2020, el entonces ministro de Migraciones, José Luis Escrivá, reconoció que mantenía a 8.000 solicitantes de asilo pendientes de una plaza que el sistema no era capaz de ofrecer. Y en 2022, la guerra de Ucrania obligó a cinco millones de personas a desplazarse por toda la UE. España fue el quinto país comunitario que más refugiados ucranianos registró al conceder la protección temporal a unas 200.000 personas. Este éxodo masivo desde la invasión rusa obligó a estirar la red de acogida con hasta 24.000 nuevas plazas, sobre todo en hoteles.

¿Qué ha ocurrido con los refugiados ucranianos?

Muchos de esos refugiados ucranianos ya salieron del sistema, pero siguen representando el 38% de todos los acogidos de la red. El porcentaje sube hasta el 89% en la llamada fase de autonomía, la última, cuando los solicitantes viven de forma autónoma en pisos gracias a una ayuda económica. Las dificultades de integración sociolaboral y el hecho de que el perfil mayoritario de los ucranianos es de mujeres con niños han contribuido a que no se liberen esas plazas al ritmo que el ministerio desea.

¿Qué otro factor está tensionando el sistema?

El otro factor que ha tensionado la red han sido las llegadas irregulares por mar, especialmente a Canarias. A diferencia de otras épocas, el perfil mayoritario de los que están desembarcando no es de marroquíes. "Muchas de estas personas huyen de la inestabilidad política de países de África Occidental y son solicitantes de protección internacional", afirma la resolución en referencia a ciudadanos de Malí y Senegal, principalmente.

¿Cómo es el sistema de acogida español?

El sistema de acogida español para solicitantes de asilo y refugiados consta de tres fases: 1. En la primera etapa se estudia el perfil del interesado y sus necesidades mientras se decide su próximo destino. 2. La segunda fase se considera de acogida, que suele darse en centros u hostales, y en ella se les prepara para ser autónomos, con formación, búsqueda de empleo y de vivienda. 3. En la última etapa, a la que solo acceden las personas que ya son consideradas refugiadas, se ofrece una ayuda al alquiler para que vivan de forma independiente. El itinerario tiene una duración de 18 meses, prorrogable hasta 24 en casos de especial vulnerabilidad. El coste de las dos primeras fases es de 56,75 euros por plaza y día, mientras que el coste de la última cae a 32 euros diarios.

¿Qué particularidades tiene el sistema español?

El español es, además, un modelo que se sustenta en las ONG y que apenas cuenta con plazas públicas. Esa fue una cuestión que Escrivá quiso atajar con la construcción o apertura de 17 nuevos centros estatales que supliesen la red con 5.700 plazas. El plan, financiado con los fondos europeos de recuperación aprobados tras la pandemia, aún está implementándose y se topa con el rechazo de varios ayuntamientos del PP a que se instalen esos espacios en su territorio.

¿Es necesario un cambio de modelo?

Markus González, profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Barcelona y ex director general de Inmigración, considera que el refuerzo económico no resuelve el problema estructural: "Debemos hacer una reflexión más de fondo sobre el modelo de acogida que tenemos. Hay que buscar un modelo permanente, que no dependa de una guerra o de un pico de llegadas, sino que se refuerce de forma estructural con la participación de todas las administraciones con competencias en el ámbito de la integración".