El otoño más funesto de la coalición

Las últimas semanas del gobierno de coalición en España han sido difíciles, marcadas por varias crisis que han dañado su reputación, como el escándalo de corrupción que involucra a José Luis Ábalos y la dimisión de Íñigo Errejón por denuncias de agresión sexual.

Incapacidad para controlar la agenda

El gobierno reconoce haber hecho todo lo posible, pero admite que no ha sido suficiente para mitigar el daño causado por estos escándalos. Los Ministros consultados reconocen que la ola de desgaste es fuerte, aunque confían en que los ciudadanos, especialmente los progresistas, entiendan que lo importante es la forma contundente de actuar frente a los escándalos, no la existencia de corrupción o abusos, que según ellos pueden ocurrir en cualquier partido.

La sensación en el gobierno es de "indignación absoluta" hacia los responsables de estos escándalos, y de gran preocupación por el desánimo que están provocando en el mundo progresista. Consideran que el asunto Errejón durará mucho tiempo debido a su gravedad, derivaciones y a la discusión interna que ha abierto en Sumar sobre quién asume la responsabilidad de no haberlo parado antes.

Guerra interna en la izquierda

La crisis ha profundizado la guerra interna dentro del espacio político a la izquierda del PSOE. Pedro Sánchez y Yolanda Díaz se han comunicado al respecto, coordinando mensajes y dando instrucciones claras al sector socialista del gobierno: apoyar al máximo a Sumar y a Díaz.

Desde la ruptura entre Sumar y Podemos, el PSOE ha estado preocupado por el futuro de este grupo, que es esencial para la coalición y tiene un impacto evidente en la imagen y fortaleza política del gobierno. Los ministros socialistas insisten en que el PSOE está fuerte, pero reconocen que una posible implosión de Sumar sería un problema grave, aunque podría beneficiarles al acumular votos de izquierda.

La legislatura continúa

A pesar de la crisis, el gobierno sigue trabajando para consolidar la legislatura, buscando acuerdos como el de renovación de RTVE, que implica la participación de partidos como Junts y ERC. Se espera que los Presupuestos se negocien en febrero o marzo, pero quedan semanas difíciles antes de ello.

Una posible victoria de Donald Trump consolidaría el giro a la derecha a nivel mundial, mientras que una victoria de Kamala Harris sería una inyección de moral para el gobierno español.