El jamón ibérico: ¿un alimento saludable o perjudicial?

El jamón ibérico, uno de los productos estrella de la gastronomía española, ha sido objeto de debate en los últimos años debido a su clasificación como alimento procesado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La OMS y los alimentos procesados

En 2015, la OMS publicó un informe en el que clasificaba la carne roja y la carne procesada como posibles carcinógenos, es decir, alimentos que pueden contribuir al desarrollo de cánceres como el de colon y recto.

Dentro de la categoría de carne procesada, la OMS incluía al jamón, al considerarlo un alimento que ha sido transformado a través de procesos como la salazón, el curado o el ahumado para mejorar su sabor o conservación.

El jamón ibérico, una excepción

Sin embargo, expertos en nutrición como el epidemiólogo Miguel Ángel Martínez-González han defendido que el jamón ibérico no debe equipararse a otros productos cárnicos procesados.

Según Martínez-González, el jamón ibérico se elabora a partir de una raza de cerdo única, el cerdo ibérico, que solo se encuentra en España y Portugal.

Además, el proceso de elaboración del jamón ibérico es más artesanal y natural que el de otros embutidos, y no implica el uso de aditivos o conservantes artificiales.

Beneficios y riesgos del jamón ibérico

El jamón ibérico es un alimento rico en proteínas y bajo en grasas saturadas.

También contiene vitaminas y minerales esenciales, como el hierro, el zinc y el potasio.

El consumo moderado de jamón ibérico puede tener efectos positivos para la salud, como reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y mejorar la función cognitiva.

Sin embargo, es importante consumirlo con moderación, ya que tiene un alto contenido en sal y puede contribuir al aumento de peso si se consume en exceso.

Consejos para elegir un buen jamón ibérico

A la hora de elegir un jamón ibérico, es importante tener en cuenta algunos factores:

  1. La etiqueta: El jamón ibérico debe tener una etiqueta que indique su calidad, según la pureza de la raza del cerdo y el tiempo de curación.
  2. El color y la forma: El jamón ibérico suele tener una forma estilizada y una pezuña negra, conocida como 'pata negra'.
  3. El peso: El peso de un jamón ibérico suele rondar los 7-8,5 kg.

Evita los jamones que contengan aditivos o conservantes artificiales, ya que estos pueden alterar su sabor y reducir sus propiedades nutricionales.