Los alimentos procesados: un pilar de la seguridad alimentaria y la sostenibilidad
En el marco del Día Mundial de la Inocuidad de los Alimentos, que se celebra el 7 de junio, es fundamental reconocer la importancia de los alimentos procesados para la salud pública y la seguridad alimentaria.
Procesamiento de alimentos: garantía de inocuidad y nutrición
Los alimentos procesados, a pesar de su mala fama, son cruciales para prevenir enfermedades transmitidas por los alimentos. Técnicas como la pasteurización, la esterilización y la irradiación eliminan patógenos nocivos, garantizando la seguridad de los consumidores.
Además, el procesamiento mejora la seguridad nutricional. Al fortificar los alimentos con vitaminas y minerales, se combate las deficiencias nutricionales, como la disminución de los defectos del tubo neural gracias a la harina enriquecida con ácido fólico.
Reducción del desperdicio de alimentos y acceso equitativo
Al ampliar la vida útil de los alimentos mediante el enlatado, el secado, la congelación y el envasado al vacío, se reduce significativamente el desperdicio de alimentos, un problema global que afecta a países de todos los niveles de ingresos.
En zonas inestables o propensas a crisis, los alimentos procesados son esenciales para la preparación de emergencias, ya que se pueden almacenar y distribuir fácilmente.
Adaptación a un mundo cambiante
Con el aumento de la población mundial y los efectos del cambio climático, garantizar el acceso a alimentos seguros es cada vez más crucial. Los alimentos procesados ayudan a salvaguardar nuestros suministros y a contribuir a un mundo más saludable y seguro.
Los fabricantes de alimentos procesados desempeñan un papel vital en la evolución del sistema alimentario, adaptándose a las demandas cambiantes de los consumidores y mejorando los estándares de los productos.