El Niño Fidencio: El sanador milagroso

José Fidencio Constantino Síntora, conocido como el Niño Fidencio, fue un curandero mexicano que ganó fama en la década de 1920 por sus supuestas habilidades para curar enfermedades incurables.

Primeros años y vida

Nacido en Yuriria, Guanajuato, el 13 de noviembre de 1898, Fidencio creció en la pobreza y encontró consuelo en la iglesia. Desde muy joven, se decía que poseía poderes especiales, como la capacidad de leer la suerte y predecir el futuro.

El curandero de Espinazo

En 1921, Fidencio se estableció en Espinazo, Nuevo León, donde comenzó a practicar la curación. En una época en la que el acceso a la atención médica era limitado, Fidencio se convirtió en una esperanza para los enfermos y los desesperados.

Sus métodos eran poco convencionales: lanzaba objetos a sus pacientes, los sumergía en lodo y los operaba con vidrios. A pesar de la falta de esterilización o anestesia, se decía que sus curaciones eran milagrosas.

El caso del presidente Calles

La fama de Fidencio alcanzó su punto máximo cuando el presidente Plutarco Elías Calles, quien padecía lepra, buscó su ayuda. Fidencio untó miel en el cuerpo de Calles y lo arropó con una cobija, y para sorpresa de todos, la lepra desapareció.

Legado y culto

Fidencio falleció en 1938, a la edad de 40 años. Su tumba en Espinazo se convirtió en un lugar de peregrinaje, y un culto se formó a su alrededor. Aunque nunca fue reconocido oficialmente como santo por la Iglesia Católica, sus seguidores continúan creyendo en sus poderes de curación.

Métodos cuestionados

Los métodos de Fidencio fueron controvertidos. Algunos médicos lo acusaron de charlatanería y estafa. Sin embargo, sus seguidores mantuvieron que sus curaciones eran genuinas y que su bondad innata era la fuente de su poder.