Javier Milei le pone fin al conflicto en el Ejército: el general Jorge Barredo se va y entra el general Cristian Pafundi
El presidente Javier Milei, mediante el decreto 1062/24, terminó con la novela del general Jorge Berredo, Comandante Operacional de las Fuerzas Armadas, que había denunciado por amenazas a su superior, el subjefe del Ejército, ante la Justicia Federal. El general Barredo había presentado una denuncia penal contra el general Carlos Carugno, subjefe del Ejército, en julio pasado. Le atribuyó amenazas: que cambiaría el destino a su esposa, coronel médica, que presta servicios en el Hospital Militar Central si él no dejaba el cargo y pedía el retiro.
El ascenso trabado de Berredo
La molestia del general cesanteado venía desde que su pliego de ascenso a general de división quedó sin tratamiento, demorado en la Comisión de Acuerdo del Senado junto al de otro alto oficial naval, el contralmirante Juan Coré. Este último consiguió las nueve firmas de senadores de la Comisión de Acuerdos para su aprobación, aunque el expediente no pasó al plenario del recinto. Podría bloquearse ante la denuncia en la Justicia por presuntos hechos que los senadores nunca recibieron en audiencia con la víctima.
Berredo debió haber dejado la carrera militar tras la asunción del Jefe del Ejército, Carlos Presti, a principios de 2024. El actual jefe del arma es más moderno que Berredo y es una norma no escrita, aunque de dignidad castrense, que quienes son sobrepasados tienen que dar un paso al costado. Es de toda lógica que el máximo jefe de una fuerza sea el más antiguo en la carrera.
El pase a retiro de Berredo
El texto firmado por Milei dispone el cese de funciones de Berredo, que implica su pase a situación de retiro, y designa en su reemplazo al general de brigada Cristian Pafundi.
La investigación sobre las amenazas
La investigación en el tribunal de Rafecas del caso Berredo difícilmente se aparte de las conclusiones de “no hubo amenazas”; del sumario administrativo (legajo disciplinario) que a pedido del general Berredo se había labrado en sede del Ejército Argentino para investigar las presuntas amenazas contra su persona que endilgó al subjefe del arma, general Corugno.
Las declaraciones son coincidentes en que no hubo coerción al general Berredo a través de un supuesto traslado de su mujer hacia otro destino para motivar el pase a retiro del comandante Operacional que no fue ascendido.
“Por lo expuesto en función de los elementos probatorios recolectados, a los fundamentos expuestos y al resultado de las diligencias practicadas este Oficial Instructor considera que los supuestos hechos que dieron origen a la presente resultan inidóneos para constituir faltas disciplinarias en los términos del Artículo 13 Anexo IV de la Ley 26.394”.
Finalmente, en una resolución de 3 artículos fechada el 4 de setiembre, el jefe del Ejército Argentino ordena: “Dar por finalizada la presente Actuación Administrativa, disponer el archivo en atención a lo concluido por el oficial Superior Actuante al no advertirse conductas con entidad sufriente para ser susceptibles de reproche disciplinario y el pase al archivo en la Dirección General de Personal y Bienestar”.