Un pueblo japonés recurre a los muñecos para combatir la despoblación

La localidad de Ichinono, en la prefectura de Tokushima, se enfrenta a un gran reto: su población ha disminuido drásticamente, dejando tan solo 60 residentes y un único niño. Para hacer frente a esta situación, los habitantes han optado por una peculiar solución: crear muñecos de tamaño real para llenar el vacío dejado por la falta de personas.

Estos muñecos son vestidos y colocados en diferentes lugares de la comunidad, como columpios y bicicletas, con el fin de simular un ambiente más animado y acogedor. Hisayo Yamazaki, una vecina de 88 años, afirma que "ahora probablemente haya más muñecos que personas".

Un problema generalizado en Japón

La situación de Ichinono no es única; es una tendencia extendida en Japón, donde más de 20.000 comunidades experimentan problemas similares. La población del país es una de las más envejecidas del mundo, con una gran proporción de residentes mayores de 65 años. Este fenómeno demográfico plantea serios interrogantes sobre el futuro de muchas localidades niponas.

La esperanza de un nuevo comienzo

En respuesta a este problema, el primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, ha prometido ayudar a revitalizar las zonas rurales. Su iniciativa podría suponer un rayo de esperanza para lugares como Ichinono, donde los esfuerzos para atraer a nuevos residentes y fomentar el crecimiento de la población son vitales para su supervivencia.

Sin embargo, la implementación de políticas efectivas requerirá tiempo y esfuerzo, especialmente en un contexto donde la inmigración es limitada. Solo el tiempo dirá si los muñecos de Ichinono y los esfuerzos del gobierno japonés serán suficientes para revertir la tendencia a la despoblación en el país.

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"Salieron y nunca regresaron, consiguiendo trabajos en otros lugares. Ahora estamos pagando el precio" - Hisayo Yamazaki, residente de Ichinono