Las pantallas se apoderan de la infancia y la adolescencia

El uso excesivo de dispositivos electrónicos está teniendo graves consecuencias en el desarrollo cognitivo y emocional de los más jóvenes

Según un estudio del psicólogo clínico infantojuvenil Francisco Villar, la sobreexposición a las pantallas está provocando un descenso en el coeficiente verbal y una menor capacidad para descifrar la información escrita.

Además, el uso de redes sociales se ha relacionado con un mayor riesgo de depresión, ansiedad y trastornos de la conducta alimentaria.

El psicólogo Francisco Villar, que dirige el Programa de Atención a la Conducta Suicida del Menor del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, advierte de que el uso excesivo de pantallas está teniendo graves consecuencias en el desarrollo cognitivo y emocional de los más jóvenes.

Según un estudio realizado por Villar, la sobreexposición a las pantallas está provocando un descenso en el coeficiente verbal y una menor capacidad para descifrar la información escrita.

Además, el uso de redes sociales se ha relacionado con un mayor riesgo de depresión, ansiedad y trastornos de la conducta alimentaria.

Villar señala que los niños y adolescentes que pasan mucho tiempo frente a las pantallas tienen un discurso más pobre y menos habilidades para comunicarse cara a cara.

También tienen más dificultades para concentrarse y prestar atención, y son más propensos a sufrir problemas de sueño.

El psicólogo advierte de que el uso excesivo de pantallas puede tener consecuencias a largo plazo para el desarrollo del cerebro de los niños y adolescentes.

Por ello, recomienda limitar el tiempo que los menores pasan frente a las pantallas y fomentar actividades alternativas, como la lectura, el juego al aire libre y el deporte.

¿Cómo afecta el uso excesivo de pantallas al desarrollo cognitivo?

El uso excesivo de pantallas puede afectar al desarrollo cognitivo de los niños y adolescentes de varias maneras:

  • Reduce el coeficiente verbal: Los niños y adolescentes que pasan mucho tiempo frente a las pantallas tienen un discurso más pobre y menos habilidades para comunicarse cara a cara.
  • Disminuye la capacidad de descifrar la información escrita: La sobreexposición a las pantallas dificulta la comprensión lectora y la capacidad de interpretar textos.
  • Afecta a la memoria y la atención: El uso excesivo de pantallas puede interferir con la capacidad de los niños y adolescentes para concentrarse, prestar atención y recordar información.
  • Altera el desarrollo del cerebro: El uso excesivo de pantallas puede alterar el desarrollo de ciertas regiones del cerebro, como la corteza prefrontal, que es responsable de funciones ejecutivas como la planificación, la toma de decisiones y el control de los impulsos.

¿Cómo afecta el uso de redes sociales a la salud mental?

El uso de redes sociales se ha relacionado con un mayor riesgo de depresión, ansiedad y trastornos de la conducta alimentaria en niños y adolescentes.

Esto se debe a que las redes sociales pueden promover la comparación social, la ciberacoso y la exposición a contenidos dañinos.

Además, las redes sociales pueden ser adictivas y desplazar otras actividades importantes, como el sueño, el ejercicio y el tiempo con la familia y los amigos.

¿Qué pueden hacer los padres para prevenir los efectos negativos de las pantallas?

Los padres pueden tomar varias medidas para prevenir los efectos negativos de las pantallas en sus hijos:

  • Limitar el tiempo de pantalla: Establecer límites claros sobre cuánto tiempo pueden pasar los niños y adolescentes frente a las pantallas cada día.
  • Fomentar actividades alternativas: Promover actividades alternativas saludables, como la lectura, el juego al aire libre y el deporte.
  • Hablar con los niños sobre las pantallas: Hablar abierta y honestamente con los niños sobre los riesgos y beneficios del uso de pantallas.
  • Dar ejemplo: Los padres deben ser modelos a seguir para sus hijos, limitando su propio tiempo de pantalla y demostrando hábitos saludables de uso de pantallas.
  • Buscar ayuda profesional: Si los padres están preocupados por el uso de pantallas de sus hijos, deben buscar ayuda profesional de un psicólogo o terapeuta.