Las elecciones europeas, una cuestión clave para el futuro de Podemos

La exclusión de Irene Montero de las listas para las elecciones del 23-J ha puesto en el punto de mira los comicios europeos del próximo domingo, que se han convertido en una cuestión existencial para el futuro de Podemos. El partido se juega su futuro en Europa con una campaña centrada en el antibelicismo, el rechazo a las políticas de austeridad y la reivindicación de ser la única opción de izquierdas genuinamente transformadora.

Un llamamiento al voto ideológico

Tras varias convocatorias electorales en las que el PSOE ha acaparado el "voto útil" contra la derecha, Podemos apela ahora a que sus votantes "se den el gusto de votar lo que piensan" en lugar de elegir al "mal menor". La campaña se ha centrado en dos lemas del pasado: el "no a la guerra" y el "sí se puede".

La guerra de Ucrania, eje central de la campaña

La oposición a la escalada bélica en Ucrania y Oriente Próximo ha sido la nota dominante en la estrategia electoral. Podemos ha criticado al Ejecutivo y a la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, por sus posicionamientos en política exterior, acusándolos de "deriva belicista occidental" y de ser "cómplices" del "estado genocida de Israel".

El "consenso de la guerra", una amenaza para Europa

Según Podemos, existe un "consenso de la guerra" que va desde la socialdemocracia hasta la ultraderecha, y que servirá de excusa para devolver los recortes y las políticas de austeridad a Europa o para "incorporar a la extrema al corazón de la toma de decisiones en Europa".

Irene Montero, termómetro de la izquierda

La elección de Irene Montero como candidata convierte los comicios en un termómetro para el espacio a la izquierda del PSOE. El partido no ha planteado el éxito o el fracaso en base al número de escaños obtenidos, sino para "medir la posibilidad de volver a poner en pie a la izquierda que no se conforma".

Un proceso de reorganización en caso de éxito

Si Montero logra el escaño de eurodiputada, Podemos comenzará un proceso de reorganización al ver refrendado su discurso sobre la necesidad de una opción "combativa" y menos connivente con el PSOE. Por el contrario, no obtener representación complicaría la viabilidad del proyecto y abriría todo tipo de hipótesis sobre el futuro de la formación.

En definitiva, las elecciones europeas del próximo domingo son cruciales para el futuro de Podemos. El partido se juega su continuidad en un contexto de polarización política y con un panorama electoral incierto.