La vida de Borja Villacís acaba en una emboscada: tiroteado y atropellado en la orilla de una carretera

El hermano pequeño de la que fuera vicealcaldesa de Madrid, Borja Villacís, ha fallecido en una emboscada en la que ha sido tiroteado y atropellado en la orilla de una carretera. Los agresores le han tendido una encerrona en la misma carretera en la que hay unas instalaciones del CNI. Posteriormente, han cambiado las matrículas frente a la productora Globomedia, desde la que varios trabajadores observaban atónitos la escena y una empleada lo ha grabado todo, y lo ha difundido por redes sociales.

Un historial delictivo extenso

El nombre de Borja Villacís lleva más de 20 en las bases de datos policiales. En ese momento, se unió a los grupos de extrema derecha relacionados con el fútbol, primero a los Ultrasur y después a los Outlaw. Perteneció a la época en la que los jóvenes ultras se enfrentaban a los mayores de la organización Ultrasur porque abogaban por mantener las actitudes violentas y el radicalismo.

En su hoja de servicios constan varios casos de lesiones y daños. Uno de los más graves sucedió en 2004, cuando fue detenido junto a otros tres compinches por apalear a un chico en la zona de bares de Moncloa. Los policías los detuvieron por la zona, poco después de la paliza. Cuando los agentes los cachearon, llevaban encima puños americanos, navajas y panfletos de ideología nazi.

En agosto de ese mismo año, Villacís agredió a dos hombres que trataron de defender a una chica negra en el metro de sus insultos. Según recoge la sentencia que lo condenó a seis meses de prisión, empujó a un hombre al suelo y a otro le estampó una botella de vidrio en la cabeza. En aquella ocasión, también iba acompañado de dos de sus compañeros de Ultrasur.

La red de narcotráfico y blanqueo de capitales

Los siguientes registros que constan de él están en el sumario de la operación Águila-Frazen, que en 2021 desarticuló un entramado de narcotráfico y blanqueo de capitales en varias ciudades españolas. Fue uno de los 27 detenidos en un dispositivo en el que se intervinieron 239 kilos de cocaína y más de 700 de resina de hachís.

La Guardia Civil sostiene que varios grupos criminales repartidos por toda España se servían de un único proveedor latinoamericano y que además tenían un negocio de compraventa de coches de lujo para blanquear los beneficios obtenidos. La red a la que presuntamente pertenecía Villacís contaba con un laboratorio de droga en Getafe.

Según esa causa, que sigue en instrucción en la Audiencia Nacional, Villacís era el encargado de vigilar una de las guarderías, como se llama en el argot a los almacenes en los que se guarda la droga. El cabecilla de uno de esos cuatro grupos en los que se dividía la trama, según las pesquisas de la Benemérita, era el Niño Skin, viejo compañero de Villacís en los grupos de extrema derecha.

La evolución natural de los miembros de grupos ultra

“Es la evolución natural de muchos de los miembros de grupos ultra, siguen con el trapicheo y después acaban metidos en organizaciones delictivas de mayor nivel”, afirma una fuente policial especializada en extremismos. Hace mucho que los agentes especializados en este tipo de organizaciones le habían perdido la pista, salvo por una reseña de violencia de género de hace unos años.

“Es la evolución natural, explican estas mismas fuentes, cuando son más jóvenes se convierten en “soldados ultras”, pero cuando crecen, se introducen en acciones ilícitas de mayor envergadura”.