En una discoteca del exclusivo barrio de Chamberí, en Madrid, la Policía Nacional ha detenido al dueño del establecimiento por explotación laboral. Esta investigación saca a la luz las condiciones a las que son sometidas las conocidas como "chicas imagen", jóvenes que son contratadas para atraer a clientes masculinos.

Así operaba la red

La operación policial se inició a finales del año pasado, cuando los agentes de la Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras comenzaron a investigar las condiciones laborales de estas jóvenes. Las pesquisas se centraron en algunos de los locales de ocio más conocidos de la capital, donde se observó que un gran número de chicas tenían una apariencia similar y un comportamiento similar dentro y fuera de los establecimientos.

La discoteca Opium, propiedad del detenido, contaba con personal específico para reclutar a estas chicas. A través de redes sociales o conocidos, contactaban con jóvenes guapas de entre 20 y 30 años. Les hacían preguntas preliminares, les exponían los términos básicos del trabajo e incluso les llegaban a pedir fotos y vídeos. Las seleccionadas pasaban a formar parte de un listado de chicas a las que se podía llamar para trabajar.

Condiciones laborales precarias

Las chicas eran incluidas en un chat de una red de mensajería a través del que eran convocadas para trabajar algunas noches. No existía ningún contrato laboral entre la discoteca y ellas, sino que se les imponía un horario y unas tareas. Además, cuatro de las chicas se encontraban en España en situación irregular.

Las condiciones laborales a las que estaban sometidas eran precarias: una forma concreta de vestir, en la que los tacones eran obligatorios, un horario determinado y “un trato cercano y alegre, incluso sugerente” con los clientes.

Las jóvenes cobraban entre 50 y 80 euros por noche, que podían recibir en mano o a través de la aplicación Bizum. Podían cobrar al final de la noche o después de varias jornadas, para recibir todo el dinero de una vez.

Detención del dueño

Como consecuencia de la investigación, la policía detuvo al dueño de la discoteca como autor de un posible delito contra los derechos de los trabajadores. Además, la inspección de trabajo propuso varias sanciones administrativas. La operación policial continúa abierta, y se esperan más detenciones en los próximos meses.

Este caso pone de manifiesto la vulnerabilidad de las jóvenes que trabajan como "chicas imagen" y la necesidad de reforzar las medidas de inspección laboral para evitar la explotación.