La Justicia argentina desestimó una denuncia que pedía investigar las declaraciones del papa Francisco sobre un presunto caso de corrupción en el país. La denuncia había sido presentada por el abogado Alejandro Sánchez Kalbermatten, quien se basó en los dichos del Sumo Pontífice durante un encuentro con referentes sociales internacionales en el Vaticano el pasado 20 de septiembre.
Declaraciones del Papa Francisco
En su alocución, Francisco relató una anécdota que le había sido contada por un empresario extranjero, quien supuestamente había sido víctima de un pedido de coima por parte de un secretario de un ministro argentino a cambio de otorgarle permisos para inversiones de extensión.
"Me contaba un emprendedor internacional que estaba haciendo en Argentina unas inversiones de extensión de eso que ellos estaban llevando adelante, y fue a presentar al ministro un nuevo plan de nuevas extensiones. El ministro lo atendió muy bien y dijo ‘dejemeló, ya lo van a llamar...’”, inició el relato del Sumo Pontífice.
"Al día siguiente, el secretario del ministro lo llamó, le dijo si podría pasar ‘en dos días, así le entregamos el permiso’. Pasó, le entregó los papeles y la firma y cuando él (el emprendedor) se estaba por levantar, le dijo: ‘¿Y para nosotros, cuánto hay?’ La coima. El diablo entra por el bolsillo, no se olviden", agregó Francisco.
Desestimación de la denuncia
El fiscal federal Franco Picardi consideró que las declaraciones del Papa Francisco no aportan datos precisos que permitan "delimitar una hipótesis criminal" y que, por lo tanto, "resulta inviable" avanzar en una investigación judicial.
"En las manifestaciones del Sumo Pontífice no se especifica un hecho puntual y/o una persona determinada que permita impulsar una investigación penal", señala el dictamen de la Fiscalía.
Ahora, el juez federal Ariel Lijo deberá resolver si archiva o no la denuncia.
Reacciones
La desestimación de la denuncia generó reacciones encontradas. Por un lado, algunos sectores consideraron que la Justicia actuó correctamente al no darle curso a una investigación basada en declaraciones genéricas y sin pruebas concretas.
Por otro lado, otros sectores criticaron la decisión y señalaron que las declaraciones del Papa Francisco podrían servir como un punto de partida para investigar posibles casos de corrupción en la administración pública argentina.