La noche que duró 10 días: el cambio del calendario
El 4 de octubre de 1582, los habitantes del mundo occidental se fueron a dormir y despertaron diez días después, el 15 de octubre. Este extraordinario acontecimiento no fue causado por un error sobrenatural, sino por un cambio fundamental en el calendario utilizado en ese momento.
El calendario juliano
Antes de 1582, el mundo occidental utilizaba el calendario juliano, establecido por Julio César en el año 46 a. C. Este calendario tenía una duración de 365 días y seis horas, divididos en 12 meses. Cada cuatro años, se añadía un día bisiesto para compensar la diferencia con el año solar real.
Sin embargo, el calendario juliano tenía un problema: era ligeramente más largo que el año solar real. Esta diferencia, de aproximadamente 11 minutos y 14 segundos, se fue acumulando con el tiempo, lo que provocó que el calendario se desviara gradualmente de las estaciones y las fiestas religiosas.
El calendario gregoriano
Para corregir este error, el papa Gregorio XIII creó una comisión para estudiar el calendario en el siglo XVI. La comisión recomendó una serie de cambios, que fueron aprobados por el Papa en 1582.
El nuevo calendario, conocido como calendario gregoriano, tenía una duración de 365 días, cinco horas, 49 minutos y 12 segundos, lo que estaba mucho más cerca del año solar real. Para corregir el desfase acumulado, se eliminaron 10 días del calendario en octubre de 1582.
La adopción del calendario gregoriano
La adopción del calendario gregoriano no fue inmediata ni universal. Algunos países, como España, Italia y Portugal, lo adoptaron rápidamente. Sin embargo, otros, como Inglaterra y Rusia, tardaron siglos en hacerlo.
Incluso hoy en día, algunos países y culturas utilizan otros calendarios, como el calendario lunar islámico o el calendario chino. Sin embargo, el calendario gregoriano sigue siendo el estándar internacional para la mayoría de los propósitos civiles.
El legado del cambio del calendario
El cambio del calendario en 1582 fue un acontecimiento importante que tuvo un impacto significativo en la historia. Corrigió un error que se había acumulado durante siglos y ayudó a sincronizar el calendario con las estaciones y las fiestas religiosas. También sentó las bases para el sistema de calendario que utilizamos hoy en día.